cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Trazado

Perderse para encontrarse.

Andrew DeGraff estaba acostumbrado a diseñar ubicaciones cuyo objetivo era ser exactos y escrupulosos; para encontrarse. Por ejemplo, en las tierras oscuras de Mordor o en los templos sagrados de las aventuras de Indiana Jones. Y entonces, un día Daniel Harmon le propuso dibujar mapas inspirados en una visión novedosa de los grandes clásicos de las letras universales; para perderse.

La madre de DeGraff era maestra de escuela, y además de inculcarle el amor por la lectura, también le enseñó la importancia del contexto, cómo este dota de significado, retiene o transforma a una historia. Estos mapas, de precioso diseño, cargados de simbolismo, tipografías estridentes, coloridos u oscuros según la historia lo requiere, pretenden ser una representación visual de una lectura muy subjetiva, la del propio DeGraff acompañado de Harmon, puesto que cada lector es un nuevo libro.

Antes de diseñar los mapas, DeGraff y Harmon se sentaban a discutir el largo y tendido qué debería representar el mapa en cuestión. Al final, la pregunta importante -y casi imposible de rsolver- era: «¿de qué trata este libro?». Y así inventan un dibujo a medio camino entre la cartografía y la infografía, que pretende recrear un territorio, atrapar el tiempo lo poco que la bidimensionalidad permite, trazar el arco de los personajes y recoger toda la información acerca de la obra original posible.

La lista inicial de cincuenta obras pronto se dejó por imposible. Los dos autores decidieron quedarse con algunas icónicas y cuya representación forma parte del imaginario popular, como La Odisea de Homero y La vuelta al mundo en 80 días de Jules Verne; pero también otras más peculiares y muy complejas de representar gráficamente, como La biblioteca de Babel de Borges o La lotería de Shirley jackson.

Como avisa la contraportada, Trazado es, además de un libro magníficamente editado (nada raro tratándose de Impedimenta), un joya para letraheridos, para auténticos amantes de la literatura, esos que han soñado con extraviarse en el castillo de Hamlet o en los mares que surcó el Pequod. Perderse para encontrarse.

RAQUEL MORALEJA