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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«A la deriva» de Penelope Fitzgerald

El sexto libro que publica la editorial Impedimenta escrito por Penelope Fitzgerald (1916-2000) es «A la deriva». Esta es una obra basada en su propia experiencia personal como habitante de una casa flotante en el Támesis, y al mismo tiempo, sirve de homenaje a aquellos que durante los años sesenta hicieron del Támesis y de los barcos amarrados al muelle sus casas, con diferentes suertes

En A la deriva, Fitzgerald nos relata la vida de Nenna James una mujer canadiense casada, separada (porque su marido se niega a vivir en un barco en el Támesis, por considerarlo una forma de vida poco apropiada, y prefiere vivir en una habitación alquilada, solo) y ella cree, o quiere creer, que enamorada de su marido, que tiene dos hijas (una adolescente, Martha, y otra más joven, Tilda, que viven sin obligaciones, como almas completamente libres en un entorno a medio camino entre la vida de la mar y la convencional en tierra) y las tres juntas viven en el Grace. En el muelle de Battersea (zona industrial del sur de Londres, marcada por problemas de contaminación industrial y de vivienda, que nada tiene que ver con la sofisticación que la caracteriza en la actualidad), viven otra serie de personajes que, como ellas, sienten que sus vidas van a la deriva en un sentido u otro.

Richard y Laura es el matrimonio que vive en el Lord Jim; Willis vive en el Acorazado, el barco en peor estado de todo el muelle; y Maurice, que al darse cuenta de que la costumbre era referirse a cada persona aludiendo directamente al nombre del barco, decidió rebautizar su Dondeschiepolschuygen IV por su propio nombre Maurice. Todos ellos forman, involuntariamente, una especie de familia: se prestan la ayuda que necesita cada uno de ellos, cuidan los unos de los otros, evitan conocer información conflictiva de los demás (o fingen no conocerla), y en definitiva, las necesidades que todos ellos padecen se convierten en el nexo que los mantiene fuertemente unidos.

La Guerra significó consecuencias desastrosas para el Támesis, que se convirtió en una cloaca dentro de la ciudad de Londres, donde la fauna y vegetación del río había muerto paulatinamente por la contaminación y los bombardeos; a partir de los años 60, se comenzó una gran tarea de reconversión del río, lo que permitió cambios significativos no solo de carácter medioambiental, sino social, pues ofreció otros medios de vida, para aquellas personas que estaban a camino de una solvencia económica que les permitiera llevar una vida «tradicional, sana y segura».

Los personajes que habitan en el muelle de Battersea, son este tipo de personas, amantes del mar que se niegan a vivir en tierra firme, porque consideran que ninguna forma de vida puede ser mejor que la que llevan; pero esto les supone tener problemas familiares (porque no todos comparten su opinión); Maurice, que acepta que su «compañero» ocasional tenga su barco lleno de objetos de contrabando; o el caso de Nenna, que sin medios para vivir en tierra firme, se instala en el Grace con la esperanza de volver a vivir con su marido. Y por ello lucha, pero el título del libro es significativo. Su marido, Edward, se resiste incluso a conocer el lugar en el que viven su mujer y sus dos hijas; el último intento de Nenna de reconciliarse con él y arrastrarlo junto a ellas, no resulta del todo satisfactorio, pero sí servirá para que él acepte conocer el Grace. Pero, de nuevo el título del libro marca esta experiencia; y Edward elige uno de los peores momentos para visitar el muelle; durante una terrible tormenta que hace que prácticamente todos los habitantes de las casas flotantes abandonen sus hogares para refugiarse en tierra firme ante la amenaza de destrucción absoluta.

Sin embargo, el final del libro deja un pequeño hilo de luz a la familia de Nenna. La aparición de su hermana y el marido de esta, parece significar un nuevo futuro para las tres mujeres; un nuevo comienzo en Canadá, de donde es Nenna, y en donde el futuro parece ser más esperanzador que en el Támesis, aunque eso suponga perder toda esperanza de reconstruir su matrimonio.

Fitzgerald adorna A la deriva, con descripciones y narraciones sociales de la época que ella misma tuvo que vivir; es, por tanto, una narración que incluye su experiencia de vida en el contexto social que vivió, como hizo en La librería. Poco después de la publicación inicial de esta obra (1979), Fitzgerald cambió el rumbo de sus novelas, pasando de la autobiografía a la novela, podríamos decir, histórica, con títulos como Inocencia o El inicio de la primavera, con las que además de cambiar de estilo, nos lleva a diferentes lugares del mundo.

Irene Muñoz Serrulla