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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Barbara Baynton: Estudios de lo salvaje

Un lejano vistazo a la portada de este libro va a trasladarnos una impresión equivocada.

Una autora australiana de finales del XIX y principios del XX y un dibujo de lo que parecen las flores de una maceta o similar pueden sugerir un libro de relatos sobre la bucólica vida en el campo. Ahora bien, si nos acercamos hasta coger el libro en las manos, veremos que lo que creíamos unas alegres florecillas de jardín es, en realidad, un enmarañado conjunto de zarzas, cardos y flores espinosas en lo que parece una tenaz lucha por la supervivencia. Esto se asemeja mucho más a lo que hallaremos en los seis relatos que componen el libro ya que Estudios de lo salvaje, rompiendo con las corrientes dominantes en la literatura anglosajona (y australiana) de la época, muestra con un realismo brutal las condiciones de vida, sobre todo de las mujeres, en el bush australiano. Tirando de Wikipedia, podríamos definir el bush como la región que separa la zona costera del gran desierto australiano y que se caracteriza por sus pobres suelos y su clima semidesértico. Esta región y sus habitantes, colonos llegados a Australia en el siglo XIX, fueron exaltados por la literatura de la época (ya sabéis, la lucha del hombre contra lo salvaje y desconocido, etc), pero la visión que Baynton nos ofrece es absolutamente desmitificadora.

En los relatos de Estudios de lo salvaje encontramos, fundamentalmente, mujeres que deben luchar no solo contra un territorio hostil, sino contra la miseria moral de unos hombres mezquinos y violentos, bestias salvajes sin escrúpulos que, al mismo tiempo que maltratan a sus mujeres, se aprovechan de ellas. No tuvo que ser cómodo leer esto para las gentes de comienzos del siglo XX.

Centrándonos en los seis relatos, quisiera destacar especialmente «La compañera de Squaker». Este es un relato especialmente brutal (dentro de la brutalidad que recorre todos ellos) en el que una mujer accidentada mientras trabaja en el campo es abandonada por todos, hombres ruines y mujeres egoístas, excepto por su perro, quien posee atributos mucho más humanos que los de los hombres. Es un relato crudísimo, plagado de violencia y con un final verdaderamente brillante. Ojo además a la presencia constante de esos animales mucho más fieles y cercanos que los propios hombres.

En «El instrumento elegido», otro de los mejores relatos del libro, volvemos a encontrar situaciones violentas y hombres mezquinos y supersticiosos. Es quizá el relato «menos clásico» en cuanto a la forma, con sus cambios de narrador y de tiempos, pero tiene una fuerza y una brutalidad vibrantes.

También quisiera destacar «Billy Skywonkie», otro relato salvaje en el que Baynton juega con maestría con el paralelismo entre el medio y las personas. Una prolongada sequía y el sacrificio de animales son metáforas perfectas para describir la miseria moral de la comunidad y la explotación sexual de las mujeres aborígenes o mestizas. Además del componente de género, Baynton añade el componente racial en este gran relato.

Ligeramente por debajo de los tres relatos indicados situaría «Una iglesia en la maleza», el relato más coral del volumen. En el se nos ofrece un retrato descarnado de una cerrada comunidad rural absolutamente alejada de cualquier clase de Arcadia. Al mismo nivel pondría «La soñadora», relato con tintes góticos que abre el volumen. En el, tras un comienzo casi bucólico, las cosas se van torciendo y su protagonista habrá de enfrentarse a sus propios miedos y temores, más peligrosos aun que un entorno hostil.

Por último, «Mano tullida», la única historia protagonizada exclusivamente por hombres, quizá sea el relato más flojo. En el, soledad, miedo y ruindad en un medio poblado de presencias casi fantasmales darán pie a una nueva historia violenta y cruel, aunque personalmente me transmite menos fuerza que los ya indicados.

En resumen, Estudios de lo salvaje reúne seis relatos en los que Baynton nos ofrece una versión desmitificadora de la lucha del ser humano contra los elementos en un territorio inhóspito y hostil: una visión llena de soledad, violencia y muerte narrada con un realismo brutal y algún que otro tinte gótico. Altamente recomendable.