cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Cartarescu: «El núcleo de la vida es la poesía y todos acabamos buscándola»

El narrador, poeta y ensayista rumano Mircea Cartarescu ha defendido hoy que "el núcleo de la vida humana es la poesía" y que, aunque el concepto de arte cambie y la literatura pueda convertirse "en otra cosa", todos la buscan a lo largo de la vida, ya sea en el amor o en algún otro proyecto vital.

«Todos nosotros soñamos y estos sueños son la poesía, no vivimos solo para ganar dinero o para cumplir deseos vulgares, todo aquello que es bello e ideal es poesía», ha afirmado en un entrevista con Efe este escritor, que muchos consideran que podría ser el primero en lengua rumana en lograr el Premio Nobel de Literatura.

Con motivo de la presentación de su última novela «Solenoide» en España, que ha arrancado en Granada dentro del ciclo de actividades por la distinción de esta capital como Ciudad de la Literatura Unesco, Cartarescu ha reivindicado el importante espacio que la literatura mantiene en la actualidad.

Aunque sus soportes puedan mutar del papel a las pantallas, ha considerado que, en tanto que el ser humano siga siendo humano, el arte seguirá siendo importante, aunque este pueda cambiar.

«La literatura puede convertirse en otra cosa, pero en mi opinión el núcleo de la vida humana es la poesía; de hecho, todos buscamos la poesía a lo largo de la vida, ya sea en el amor o en cualquier otro proyecto vital», ha señalado.

A su juicio, esa constante actualización es una característica propia de la literatura: «Llevamos 4.000 años diciendo que la poesía agoniza, pero la agonía es simplemente su forma de existir».

Este autor rumano ha argumentado que, aunque «no se lea poesía en los estadios de fútbol» sino más bien en otros ámbitos de «intimidad» ni tampoco los novelistas estén entre «los héroes del mundo moderno», no significa que no se pueda seguir disfrutado hoy en día de cada producción literaria.

Cartarescu, que con ocasión de su visita al Centro García Lorca de Granada ha elogiado la extraordinaria capacidad que tuvo Federico para adaptarse a las nuevas tendencias de su tiempo y el hecho de que fuera símbolo de libertad y pensamiento, ha calificado su última novela como «testamentaria».

«Es un libro que yo no habría podido escribir antes de los sesenta años, es sapiencial e intenta encontrar respuestas a las principales preguntas sobre el destino del ser humano», ha dicho el autor, quien no se había visto antes capaz de abordar una obra que le ha supuesto una especie de reto.

Al respecto ha añadido que, al menos una vez en su trayectoria, un escritor tiene que dejarse de «adornos literarios» e intentar decir directamente «qué es lo que ha vivido, lo que ha entendido de la vida».

Su última novela, traducida al español por Marian Ochoa de Eribe y publicada por Editorial Impedimenta, habla de las vivencias de un profesor de rumano en un instituto de barrio en los últimos años de la dictadura de Nicolae Ceaucescu, aunque tiene más «valencias éticas y filosóficas que políticas».

Se sirve, ha explicado, de un punto de partida realista, que tiene que ver con la vida en la escuela y de un grupo de profesores, para centrarse en un desarrollo «metafísico», que recoge la vida interior, los sueños, las alucinaciones y las parábolas de su narrador.

De esta forma aborda los problemas de la realidad, del sentido y la finalidad de la vida, de la compasión, de la empatía y de la diferencia entre lo solitario y lo solidario.

«Mi personaje siempre elige la solidaridad humana y por eso mi libro, a pesar de ser muy oscuro, tiene un hueso, un núcleo muy luminoso», ha señalado Cartarescu, que vuelve a secundar en su obra esa lucha contra el mal de la que también han sido partícipes los escritores a los que admira.

Por otra parte, preguntado sobre Cataluña y sin entrar a opinar sobre la situación concreta, ha manifestado que cree «firmemente» en el proyecto europeo y su unidad, y en los valores de democracia, libertad y justicia que defiende la unión.