cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Crítica literaria: «La investigación«, de Stanislaw Lem

Es sorprendente el gran número de libros que se editan cada año en nuestro país, algo más de 97.000 títulos el año pasado. De ellos solo una pequeña parte, como es normal, son reediciones de obras ya publicadas (en el año 2010 un total de 5.192 libros, un 5,4% del total). Y es a veces en ese reducido porcentaje de libros reeditados, donde podemos hallar auténticas joyas literarias, ya sea por los autores y los títulos escogidos, como por la delicadeza a la hora de editarlos.

Es, de esta forma, una suerte que la editorial Impedimenta se haya fijado en el legado literario del gran genio polaco Stanislaw Lem, del que, hasta la actualidad ha publicado cinco títulos. Uno de ellos es La investigación, publicado originalmente por entregas en el año 1958 en el semanario de noticias Przekrój y como libro en el año 1959, y reeditado por Impedimenta en febrero del año pasado, con traducción de Joanna Orzechowska.

El argumento de la obra nos aleja un poco del género más habitual de Lem, la ciencia-ficción, si bien, nos adentra en una de sus temáticas favoritas: La capacidad humana para entender y estudiar la realidad y los límites del conocimiento y de la ciencia humana.

Pero vayamos por el principio. La novela nos sitúa en la ciudad de Londres de mediados de siglo XX (aunque, si no me equivoco, el autor no ubica la obra en ninguna fecha concreta). Algo oscuro y extraño está pasando en los mortuorios y los cementerios de la ciudad y sus cercanías: parece que los muertos están recobrando la vida y comienzan a desaparecer, algo que no deja de preocupar a las autoridades.

Stanislaw Lem

Una reunión en Scotland Yard pone al lector al día de cómo está la situación: cuerpos que se levantan y caminan, cadáveres que desaparecen, agentes de seguridad heridos e ingresados en el hospital… en definitiva, una situación a la que no se había enfrentado nunca el cuerpo de policía. Así las cosas, el inspector jefe Sheppard encarga al joven teniente Gregory la investigación del caso. Partiendo de muy poca información y de casi ninguna pista concreta, Gregory tendrá que poner todo su empeño para descubrir qué está pasando. Para ello dispondrá de la ayuda científica del biólogo y estadístico Sciss, que aportará su propia visión “académica” al caso.

La novela no tan solo nos mostrará la investigación que a partir de este momento llevará a cabo el teniente Gregory, sino que nos introducirá en un debate, de aquellos esenciales y epistemológicos que tanto le gustan a Lem, en el que nos planteará los límites de la inteligencia y del ingenio humano. Lem nos presenta una investigación donde, seguramente, los hechos y la resolución es lo que menos le importa, para hablarnos de la ciencia y de la humanidad. El joven Gregory representa en esta inspección el modo de investigación policial, en el que los datos y las pistas han de ser recogidos milimétricamente para después ser pensados e interpretados de una forma razonada y consistente. Por otro lado tendremos al científico Sciss, para el cual el caso no tiene ningún valor excepto para relacionarlo con otros datos y poder establecer nexos y vinculaciones teóricas, un placer existencial para un científico obsesionado con la ciencia. Las vicisitudes y las conclusiones de ambos serán tan diferentes y extrañas que Gregory llegará a sospechar, incluso, del científico.

Como les decía, a Lem no le interesa tanto el contenido como la forma. De la mano de las pesquisas de Gregory y de sus encuentros con el inspector jefe Sheppard y el biólogo Sciss, Lem, nos permitirá adentrarnos en la metodología de investigación policial y científica. Dos formas muy diferentes de estudiar los fenómenos investigados, y dos formas que se verán incapaces de obtener una idea clara de lo que está pasando. Lem nos redirige hacia su visión pesimista sobre los límites de la ciencia y la inteligencia humanas, como ya hiciera en su obra maestra Solaris (en relación a la capacidad del ser humano de entender a un ser-planeta) o como nos mostrara también en otra obra excepcional como Fiasco, ambas novelas con un enfoque propio de la ciencia-ficción.

Caricatura del autor

Las páginas de La investigación nos llevarán a una entelequia, a ser testigos de una realidad imposible compuesta de cadáveres obstinados en no respetar las leyes de la naturaleza y de la incapacidad de los personajes de la novela de entender y explicar lo sucedido, ya sea por estar guiados por una metodología policial o por una mente científica. Una historia narrada a la perfección por un autor que aprovechaba cualquier historia para hacernos reflexionar sobre nuestros propios límites, y de si somos capaces de comprender cosas y principios que por muy pequeños que sean, como las partículas infinitesimales que componen el átomo, o tan grandes como la mayor de las estrellas o los límites del Universo, nos pueden sobrepasar a la hora de poder ser concebidas y comprendidas por la mente humana.

A la brillantez del autor y lo sugestivo de la historia, se ha de sumar, también, la exquisitez de la edición. Unas cubiertas sencillas pero atrayentes y un tipo de impresión y de cuartilla ideal para la lectura. En este aspecto es preciso felicitar a Impedimenta por la cuidada edición de toda su fondo editorial y el diseño de su web. Y felicitarla doblemente por la selección de autores, que le ha llevado a publicar cinco obras de Lem, si no me equivoco, su autor más editado, con un catálogo que incluye El hospital de la transfiguración (2008), Vacío perfecto (2008), Magnitud imaginaria (2010), La investigación (2011) y Solaris (2011), esta última con una nueva traducción realizada directamente del polaco. Toda una biblioteca para los fans del autor, que son muchos, y para aquéllos que quieran reflexionar sobre lo que somos y sobre nuestros límites que, sin duda alguna, son muchos.

Escrito por: Jorge Pisa Sánchez