cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Cuentos que narran vidas

Madres enfadadas por las exigencias familiares que las condicionan, esposas sin maridos, científicas con la autoestima algo más baja de lo esperado… un sinfín de mujeres que crean un universo lleno de ironía y poesía que nos atrapa página a página.

Nuestro país, tradicionalmente, no se ha caracterizado por contar con muchos lectores de narrativa corta, o quizás han sido las editoriales las que no han apostado por ese género… a saber. Está claro que a la vista de los libros más vendidos parece que la realidad es que somos más bien de burro grande, no podía ser de otra manera. Tradicionalmente, digo, porque, de un tiempo a esta parte, diría que no más de diez años, parece que felizmente las pequeñas, nuevas y emergentes editoriales se han aventurado a llevar un poco la contraria al mercado y ofrecernos no solo este formato literario de compleja escritura, sino también a traer cuentos firmados por plumas poco traducidas por estos lares y que merecían un hueco en nuestras estanterías.

Dos de ellas —Margaret Drabble, con Un día en la vida de una mujer sonriente y Stephanie Vaughn, con Alfa, Bravo, Charlie, Delta—, ya han llegado a nuestras librerías en este primer semestre del año y creo, sinceramente, que debemos detenernos a leerlas con la atención que se merecen. Margaret Drabble tiene una maestría narrativa propia de una heredera de la tradición británica, hasta tal punto que podríamos considerarla descendiente directa de los textos de Jane Austen, Virginia Woolf o Iris Murdoch. En Un día en la vida de una mujer sonriente, Editorial Impedimenta nos ofrece 13 relatos escritos por la autora a lo largo de casi 40 años. Madres enfadadas por las exigencias familiares que las condicionan, esposas sin maridos, científicas con la autoestima algo más baja de lo esperado… un sinfín de mujeres que crean un universo lleno de ironía y poesía que nos atrapa página a página.

Stephanie Vaughn, por su parte, en Alfa, Bravo, Charlie, Delta, nos cuenta en primera persona —en boca de Gemma Jackson— la vida de una mujer que, por momentos, llegamos a pensar que es la de la misma Stephanie. Detallada, pero sin excesos, Vaughn nos introduce en la existencia de una chica que acompaña el devenir de su familia, con sus traslados de casa consecuencia de un padre militar, relaciones familiares y vivencias cotidianas, que se nos acaba por hacer casi de la familia. Una autora que ha publicado poco pero que acabará pronto una novela, tal y como promete en las últimas entrevistas. Si la publica, deberíamos seguir la pista a esta autora.

CARMEN DOMINGO