Imagínese que pudiera pasar el día contemplado la naturaleza, escuchando el canto de los pájaros y del agua discurriendo a lo largo de su cauce, contemplar como amanece y anochece, pasar el día leyendo, fumando y atendiendo a las visitas que acuden a su casa, regalándose con las nuevas que le aportan y filosofando sobre el devenir político de su país, la economía y otros menesteres. Sin duda parece una vida placentera, alejada de las obligaciones que la vida moderna nos impone y que más de uno envidiaríamos disfrutar.
No obstante, hasta las vidas más regaladas presentan secretos ocultos que amenazan con romper en mil pedazos el sueño en el que viven. Este es el caso de Daisuke, el protagonista de esta novela, que verá amenazado su estilo de vida por incontrolados acontecimientos que desencadenarán en inesperados desenlaces.
La primera impresión que obtenemos de su protagonista es que estamos ante un diletante, que se recrea, en su treintena, en la lectura, las artes florales y las conversaciones, sin profundizar en nada que implique planificar su futuro, gracias a las rentas mensuales que su padre le envía. Pero conformarnos con este retrato sería superficial. Daisuke es un personaje ocioso, pero culto, inteligente, una persona compleja que no cree en los valores que la sociedad le impone y que, a su manera, se rebela contra la misma negando una y otra vez las propuestas de matrimonio que su familia le hace y que se niega a trabajar, considerando la futilidad y el escaso desarrollo humanístico que éste le aporta. Y pese a ello, es un ser que vive y disfruta de lo que la misma sociedad que rechaza le ofrece. Un ser contradictorio que acabará envuelto en una espiral existencial que le enfrentará a tomar decisiones que harán tambalear el cómodo mundo en el que vive.
Escrita con un ritmo pausado, lleno de un hondo humanismo y con una intensa lírica que profundizan en el carácter psicológico de los personajes, especialmente en el protagonista, acercándonos a la particular visión vital del mismo. Daisuke nos lleva de la mano de sus personajes a una historia existencialista en la cual el amor y la intensidad emocional que éste despierta, trastocarán la vida de los mismos.
El estilo literario de Soseki resulta atemporal, mostrándonos que los cambios que en el Japón del s. XX se estaban dando, sigue hoy presentes. La opresión social del individuo en pro de las convicciones sociales, la centralidad del trabajo como eje del desarrollo de la vida del individuo, la supremacía de la razón sobre el sentimiento, el choque entre el desarrollo económico y la naturaleza, son temas que jalonan la literatura de Soseki y que hacen dudar al lector del contexto social en el que éste se mueve, pues cuesta distinguir el Japón de Soseki de la Europa del s. XXI.
Daisuke es una novela rica en matices, complejos personajes, exóticos ambientes, un profundo humanismo y sentimentalismo magistralmente narrados por Soseki, que transciende el carácter literario de la misma, logrando que una vez cerrado las páginas del libro sigamos pensando sobre aquello que hemos leído, invitándonos a reflexionar sobre el papel que el individuo juega en la sociedad, la complejidad de las relaciones interpersonales y la presión que ambas juegan en el individuo. Al acabar la novela notaremos un regusto agridulce, pues Soseki se recrea en la ironía, el humor inteligente, las ensoñaciones del protagonista y un estilo narrativo poético que recrea embriagadores escenarios en los que nos gustaría perdernos, para acabar enfrentándonos a la fría realidad que a menudo nos golpea sin piedad.
Por Rubén J. Olivares.