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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

El perfecto plan gótico de dos niños: “Matemos al tío”

Dicen que la psique de los niños, la capacidad cognitiva y el pensamiento hipotético, no alcanza una mayor madurez hasta llegar a la adolescencia. Está claro que los expertos no conocen a Barnaby y a Christie.

Que sí, que son personajes de una perversa historia, pero no sé por qué, en la contrucción de nuestros protagonistas hay mucha verdad pueril bordeando decisiones adultas. ¿Estarán basados en niños reales? Me hace ilusión pensar que sí y cuando lean la novela, seguro que me entienden. Impedimenta vuelve a hacerlo. Nos hace el gran regalo de poder disfrutar de un clásico de la literatura cross-over hasta ahora no traducida a nuestro idioma, aunque su lectura no es precisamente “cosa de niños”. Suerte de conocer una obra casi oculta que merece ser gritada a los cuatro vientos por su calidad, su argumento y por ser el mejor ejemplo de novela gótica que he leído hasta ahora. Escrita en 1963, Matemos al tío, es una novedad literaria imprescindible en la biblioteca de cualquier ávido lector.

En una tranquila isla de Canadá, un niño y una niña de diez años van a pasar sus vacaciones de verano coincidiendo de manera fortuita. Barnaby Gaunt es huérfano y llega desde un internado a pasar el periodo estival con su tío, pero éste se retrasa unos días de manera inesperada y el chico tiene que hospedarse con una pareja isleña que lo mima ante la ausencia del pariente. Christie es enviada a la isla a casa de la cabrera por su madre para intentar mejorar la débil salud de la niña. Ambos, con reticencias al principio, acaban siendo amigos de juegos y fechorías ante la atenta mirada del sargento Coulter. Pero sobre todo, acaban siendo cómplices en un plan tan infalible como cambiante para matar al tío de Barnaby. El aparente bienintencionado y cariñoso tío es un psicópata que utiliza técnicas hipnóticas con las que ha conseguido asesinar al resto de la familia del crío. Éste es el heredero de diez millones de dólares y su última víctima programada. Pero los chicos, ante la falta de credibilidad y ayuda adulta, planean con inteligencia la mejor huída a los planes del malvado tío, y es que él muera antes. Un puma con una sola oreja será el tercer implicado en la siniestra estrategia.

Rohan O´Grady utiliza la dialéctica pseudoinfantil con la que nos hace partícipes de una historia oscura y muy cínica. La muerte se pasea con el amor fraternal e incondicional de la infancia, con sus miedos y creencias absolutos sobre lo adecuado y lo que no lo es tanto. Un argumento excelentemente desarrollado a lo largo de más de trescientas páginas donde vamos descubriendo a través de los protagonistas, una visión pueril de hechos siniestros, pero despertando matices tiernos y bondadosos como sólo la infancia puede hacerlo. Matemos al tío se lee con una media sonrisa cargada de desconcierto y perversión. Con ganas de que esa rareza siniestra que caracteriza a estos niños especiales no los abandone ante la inocencia innata atribuida a la temprana edad. Una novela oscura, pero feliz. Irónica, incluso grotesca a la vez que amorosa.

No puedo terminar esta reseña sin hacer especial mención a la portada que Impedimenta ha rescatado para esta preciosa edición. Es la ilustración original de Edward Gorey con la que se publicó la novela en 1963. Nunca un dibujo transmitió mejor la sinopsis de un libro, una verdadera obra de arte. En definitiva, una nueva joya literaria para tener siempre muy cerca. Especial y única que espero pronto descubráis.

Por Mercedes Suero