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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Enterrado en vida», de Arnold Bennett

Arnold Bennett se puede considerar un ejemplo particularmente acabado de cierta forma de novelística y, en particular, de cierta forma de novelística inglesa.

Con el paso de los años Impedimenta nos ha ido acostumbrando a la recuperación de este tipo de autores ingleses con tanta fiabilidad que casi resultaría raro, incómodo incluso, que Enterrado en vida hubiese aparecido en cualquier otro sello. Si frecuenta usted el catálogo de Impedimenta ya sabe de qué clase de novelistas estamos hablando, ya habrá reconocido la clave al principio del pentagrama. Enterrado en vida es eso exactamente.

Si frecuenta menos el catálogo de Impedimenta entonces puede ser conveniente detenerse en alguna observación adicional. Hace años, en Inglaterra, existía una cierta forma de escribir novelas que, probablemente, no tiene parangón en el resto de literaturas europeas. Se trata de novelas al mismo tiempo luminosas y mordaces, en las que los personajes se tratan desde esa distancia justa que solo un inglés es capaz de reconocer, en la que empieza a surgir el humor, pero todavía son reconocibles las caras de los personajes, es decir, todavía es posible algo parecido, pero solo parecido, al drama.

Enterrado en vida es la historia de Priam Farll, un genial pintor inglés cuyo trabajo merece la mayor consideración por parte de crítica y público -es decir, el público que sigue a la crítica-. Farll es, al mismo tiempo, extremadamente popular y un completo desconocido. Su timidez patológica lo lleva a esquivar cualquier tipo de trato con sus semejantes. Escondido detrás de su criado, el granuja Leek, tenemos razones para sospechar que la exagerada timidez de Farll no solo no ha disminuido con la edad, como suele suceder, sino que se ha ido haciendo más y más problemática hasta llegar al punto en el que, cuando Leek muere a causa de una pulmonía agravada, Farll prefiere hacerse pasar por su criado para desaparecer y evitarse los engorrosos problemas y conversaciones derivados de una defunción.

Enterrado en vida es una novela que se podría leer como un cuento. Podría empezar con un Érase una vez y nadie se debería sorprender demasiado. La historia, bastante inverosímil, sobre el apocado Farll no está hecha para sorprender al lector o para conmover al buscador de almas. A pesar de que existen momentos de enorme precisión en el dibujo de los caracteres, especialmente en la indagación dentro de la personalidad de Farll, Enterrado en vida es sobre todo un divertimento alegre, muy bien escrito -y traducido- en el que el estilo se deja correr libre y claro a través de unos personajes en los que importa más la caricatura que el reflejo fiel.

Bennett fue uno de los escritores más célebres de su tiempo. Hoy está prácticamente desaparecido, en especial fuera de Inglaterra, a lo que sin duda habrá contribuido su enfrentamiento con el llamado «Grupo de Bloomsbury» y con su figura más potente: Virginia Woolf. Cabe señalar que dicho enfrentamiento fue, en su mayor parte, un intercambio de opiniones perfectamente inglés, en el que jugaban un papel más importante las ironías y las sutilezas que los ataques. En los momentos más violentos del enfrentamiento cualquiera de los contendientes podría haberle echado la leche al té sin derramar ni una gota sobre el plato.

Por Miguel Carreira