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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Futuro inminente

La imaginación de Puertas es afilada y certera, sus cuentos nos retratan personajes baqueteados por la vida.

Los dos apartados que más llaman la atención del currículum vítae de Sergi Puertas están relacionados con el mundo de la historieta, y es que fue redactor jefe de Kiss Comix y director de El Víbora. Esto nos puede dar algún indicio (pero quizás no los suficientes) para hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar en Estabulario. En los relatos que lo componen hay irreverencia, mucho sentido del humor, talento para construir situaciones grotescas y, por encima de todo, una retorcida inteligencia para trasladar al lector a distopías cercanas. Sergi Puertas no emplea sutilezas, y esto se agradece, practica una ciencia ficción que casi nunca se ha estilado en nuestro país y cada vez menos allende fronteras; una ciencia ficción molesta, próxima, irritante y desinhibida, que emplea el género para meter el dedo en el ojo de una sociedad adocenada por tecnologías narcóticas y políticas de bajos vuelos. Sergi Puertas sueña con una insidiosa operación de reconquista a través un concurso televisivo, con una muy torpe y abollada operación de terrorismo nuclear, con un culebrón que arrasa en un AI-Andalus dictatorial o con la odisea que debe de pasar un camarero para poder arrancarse un disfraz cibernético que le hace parecer un buda.

La imaginación de Puertas es afilada y certera, sus cuentos nos retratan personajes baqueteados por la vida, que siguen avanzando hacia un destino incierto más por inercia que por guardar algún tipo de esperanza. Y es que Puertas consigue ser terriblemente moderno siendo muy clásico, ofreciendo relatos crudos y honestos en los que resuenan la influencia de los viejos panteones literarios. Muchas reseñas, y el mismo libro en su contraportada, quieren vincular el universo de Estabulario con el de la serie televisiva Black Mirror, quizás no se pueda negar la afinidad, pero no deja de ser algo miope en esta comparación. Black Mirror no ha inventado nada ni puede considerarse una ficción de referencia; Estabulario probablemente tampoco pueda ser un libro pionero en nada, pero sí puede presumir de aportar lustre a un género que lo necesitaba. Espero que el propio Puertas siga ofreciéndonos nuevos relatos futuristas y que le abra el camino a otros autores que deseen explorar el desolado y polvoriento universo español.

ALBERTO ÁVILA SALAZAR