Esta obra narra la historia de Ruth Whiting, una mujer que tiene una apacible vida en apariencia: vive en una vivienda unifamiliar de una zona acomodada, casada con un odontólogo de renombre que durante la semana vive en Londres, y es madre de tres hijos, que ya están en la adolescencia o cerca de ella y que no le generan grandes preocupaciones, puesto que estudian en la universidad y en internados lejos de ella.
Sin embargo, no es feliz, se ahoga en su monótona vida de ama de casa, se siente atrapada por sus formalismos sociales y lo que se espera de ella, hasta el punto que una crisis nerviosa y emocional la lleva a no tener motivos para levantarse de la cama. Pero, la confesión de su hija Ángela en la que le anuncia que está embarazada le servirá de revulsivo. A partir de este momento, su objetivo será acabar con un bebé no deseado, que amenaza con repetir un hecho que ella conoce a la perfección y que lastró su existencia en el pasado.
La autora inglesa plasma parte de su controvertida biografía en Papá se ha ido de caza, un trabajo donde Mortimer se lanza, sin ningún complejo, a abordar el tema del aborto o la insatisfacción de una existencia sobre el papel perfecta, máxime teniendo en cuenta la fecha en la que se publicó donde imperaba un estilo de vida tradicional, apoyado en valores conservadores.
Con un estilo introspectivo, directo, incisivo y sin artificios la novelista se mete al lector en el bolsillo, a pesar de que se trata de una ficción que genera cierto desasosiego, debido al tono demoledor que le imprime y a que ahonda en la figura de una mujer que se siente desgraciada y sin motivos para seguir adelante.
A través del pensamiento de su protagonista, Ruth Whiting, Mortimer reflexiona sobre el peso emocional que supone ser una mujer, una mujer que vuelca en estas páginas sus más íntimos pensamientos, como el dolor que le produce la indiferencia que despierta en su familia, esa que de cara al vecindario con el que se codea es idílica, o la soledad que cae sobre ella como una losa, aunque esté rodeada de gente que no la comprende, ni jamás ha sido capaz de ponerse en su lugar.
Papá se ha ido de caza encierra el reflejo que produce la frustración que provocan las cosas impuestas, más si cabe cuando de lo que se trata es de hipotecar todo el futuro por un desliz sentimental, pero sobre todo como consecuencia de haber nacido bajo el género femenino. A fin de cuentas, una obra singular en forma y contenido que ha puesto en el candelero a esta brillante autora y que invita a reflexionar sobre un tema que está totalmente de actualidad: el feminismo.
Estilo introspectivo
Con un estilo introspectivo, directo, incisivo y sin artificios la novelista se mete al lector en el bolsillo, a pesar de que se trata de una ficción que genera cierto desasosiego, debido al tono demoledor que le imprime y a que ahonda en la figura de una mujer que se siente desgraciada y sin motivos para seguir adelante
Ángela Belmar Talón