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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Doble sentido: «Kamasutra para domingos lluviosos»

En este Kamasutra se juegan a los dados la postura del día como si fuesen adolescentes ansiosos por conseguir su ración de sexo.

El domingo, como todos sabemos, es el último día de la semana, pero también es el día en que prosperan los múltiples lugares propicios al amor. el poeta Ángel Gonzálezadvertía la escasez de los mismos, pero Ximo Abadía escudándose en el papel y las tintas de la Editorial Impedimenta, ha sabido darle -como aquel que dice- una vuelta al poema encontrando así otros tantos que -aunque en apariencia incómodos- poder añadir a la lista de González. Él, por su regia presencia, su taza de té, sus pequeños pies y su bombín, podemos decir que es un señor inglés de alta alcurnia. ella, aunque fuera del canon habitual, podríamos decir que es de familia alemana, rigor, exactitud icónica, cromatismo.

No conocemos la profesión que tienen, ni las horas de sueño que le falta a cada uno, pero sabemos que le gustan los juegos de mesa, de agua y aire. También se juegan a los dados la postura del día como si fuesen adolescentes ansiosos por conseguir la su ración de sexo. Juegan a «montar» películas de adultos en la que por fin serán los protagonistas. Esta última puede transcurrir en una mina con el correspondiente carbón adherido a la piel -la de él-. Tendrá un caniche junto al cual huirá -dentro de una vagoneta- de un derrumbe provocado. Fuera seguirá siendo domingo y unos -no tan niños- jugarán impetuosamente a hacer agujeros con la punta asesina de su peonza en cometas ajenas, jugarán a la carretilla por turnos, primero unos arriba y otros debajo. en la siguiente escena ya será primavera, los no tan niños habrán crecido un poco más, puede que sean sus hijos o quizá sus sobrinos,da igual. sacarán butacas y mecedoras a la calle, uno de los chicos, el moreno, empujará por la espalda a la chica haciéndola balancear tan fuerte que creerá caer al suelo. Serán cuatro los personajes que encontraremos en escena, los de la derecha seguirán balanceándose, los de la izquierda harán sonar una gramola de la que saldrá una melodía titulada 69 a cuerda aunque lo que suene sea una trompeta, como veis no habrá convencionalismos por muy católicos y procesionarios que estos chicos sean. sobre este giradiscos virarán unas esferas de goma unidas por una cuerda made in china y un higiénico bombín, utensilios que más adelante marcarán la importancia de la escena.

El siguiente corte se rodará en el rincón de una clase de colegio fuera de horario lectivo, esto último es muy importante. La chica de pelo largo estará sentada cara a la pared, nadie sabe por qué se ríe ni por qué se divierte. Emite sonidos, enumera piragüistas rusos y trapecistas, dibuja hombres bala blandiendo en su mano algo parecido a un cohete metálico del que creo recordar su uso. Hará viento, lo sabremos por la veleta que se moverá como un pervertido periscopio en plena batalla…

Dejando de lado las historias que cada uno quiera crear en torno a los dibujos palo de abadía, hemos de decir que lo que aquí encontramos es un claro y excelente derroche de imaginación y sentido del humor. ximo reinterpreta el tan manido tema de origen hindú. Trazo aséptico, funcional, apto para todos los ojos, racionalismo, buen gusto, cuidada estética, misma potencia, más ganas. estás podrían ser algunas de las palabras que resumiesen Kamasutra para domingos lluviosos. Nos encontramos ante un ejemplar óptimo para adornar la pared de cualquier habitación destinada al sincretismo original. Lo único que echo en falta en este libro, es un desplegable estilo Penthouse aunque no hay por qué ser obscenos para revolver sábanas y levantar pasiones.

Por Antonio J. Ubero Kamasutra