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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«La casa y el cerebro», de Edward Bulwer-Lytton

Leer La casa y el cerebro ha sido como sumergirme en mi adolescencia. Años en los que las narraciones de Poe se alternaban con las de Dickens, Machen con Conan Doyle, Maturin con Lovecraft, Stevenson con Melville… muchos autores más que mostraban un mundo extinto pero literariamente inmejorable.

Clasicismo pero también historias fenomenales, ballenas blancas perseguidas por barcos con nombres como Nostromo, un mundo que es imposible de comparar con el actual, la épica y la mítica han quedado muy atrás. De aquel mundo espectacularmente literario e imaginativo viene esta obra. No es una novela, es un cuento algo largo, un espacio ideal para lo que se va a tratar, una historia de fantasmas, bueno mejor dicho una historia de casas encantadas.

Es literatura de otro tiempo, en las primeras cinco líneas ya te ha colocado en situación: Londres, fantasmas habitando una vivienda y el interés intelectual del protagonista. No se precisa de una introducción mayor, ni tampoco ponernos en situación, ya nos coloca así en la quinta línea. Esto, que ha caído en desuso, es literatura de nivel. Ajena a modas y modernidades porque lo que muestra es una buena historia y una historia, definida en el prólogo con mucho acierto, como sobrenatural.

Con lo dicho bastaría para concluir la reseña, darla un toque sobre el estilo del autor o sobre la ambientación y habríamos conquistado a los amantes del género, que no son pocos precisamente. Me gustaría destacar que la obra no sólo va dirigida a los amantes del género de terror, aquí se nombra horror, algo que autores con posterioridad ya emplearon. La obra tiene mucho interés por mostrarnos la imaginación del autor, muy poderosa, y las artes literarias para crear una obra corta pero muy intensa. No existen los vacíos o los momentos de relax, todo va encaminado a generar tensión literaria y para ello, el autor, no se anda por las ramas. Se aprovecha la cortedad del relato para dotarla de intensidad, algo que ha tenido maestros destacadísimos en el ámbito de las narraciones de terror.

Cabe destacar que existen modas que el autor aprovecha, tales como el Mesmerismo, en beneficio del relato, o la moda de lo oriental que en época victoriana cobra una especial modernidad. Para disfrutar del relato plenamente es preciso adaptarse a la época, hacer un esfuerzo en cuanto a mentalidad y comprender que es nuevo todo lo que el autor nos muestra, el inicio de la literatura de este género estaba muy próximo y el espacio a la hora de innovar era amplísimo.

Tengo que destacar la edición de la obra, hecha con gusto y con buen hacer propio de una editorial por encima de la media. Hay que agradecerles el esfuerzo y el interés por rescatar pequeñas joyas como esta.

La obra es de recomendación obligada. Se lee con tanto gusto que su lectura sólo nos llevará una hora, el tamaño preciso y suficiente como para mostrarnos lo que el autor pretendía. Aprovechen para leerla en ambiente, es decir, de noche, en soledad y rodeados de oscuridad, seguro que no se arrepentirán. Tras la lectura valoren las labores literarias del autor, les sorprenderá y seguro que se animan con otra obra del autor o de algún contemporáneo, que los había que poseían gran talento.

Por Sergio Torrijos