cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

La Europa unida y sin fronteras de Mircea Cartarescu

“Yo os voy a hablar de mi Europa personal, de la Europa que tiene la forma de mi cerebro”.

El escritor rumano Mircea Cartarescu inauguró ayer el ciclo de conferencias “Vella Europa, noves utopies” que organiza el CCCB en homenaje a Zygmunt Bauman. Con la conferencia “L’Europa que tinc al cap”, Cartarescu defino su Europa personal y reclamó la necesidad de recuperar el entusiasmo por el valor de la unidad.

A menudo se dice que Europa es un continente cansado, sin futuro, mancado de inspiración, que parece incapaz de dar respuesta a las amenazas del presente. Ayer el escritor rumano Mircea Cartarescu también estaba cansado: llevaba días manifestándose por las calles de Bucarest protestando por el decreto instaurado que despenaliza casos de corrupción del gobierno. “La democracia está en peligro a Rumania, se trata de salvar y conservar un país europeo”.

La identidad europea es una capa muy importante de la identidad rumana. Así lo demuestra la pancarta que se ha colgado estos días en Bucarest en la que se podía leer Unión Europea, te quiero. En palabras de Mircea Cartarescu, “el pueblo rumano quiere mucho a Europa porque, a diferencia de otros estados que nacieron europeos, Rumania ha tenido que luchar para ser un país europeo; los rumanos soñaron en Europa durante 200 años”.

Así empezaba la conferencia de Mircea Cartarescu. Vicenç Villatoro, director del CCCB, presentó el escritor como una de las voces más importantes de la Europa contemporánea y recalcó la necesidad de seguir hablando de Europa y la importancia de la literatura como herramienta de reflexión: “La literatura tiene mucho que decir para la nueva Europa. Quizás no tendrá las respuestas, pero plantea las buenas preguntas”. La literatura como canalizadora de la nuestra impotencia frente a esta Europa incierta.

Un sueño intelectual

“Yo os voy a hablar de mi Europa personal, de la Europa que tiene la forma de mi cerebro”. Para Cartarescu, Europa es y siempre será un ideal, un mito. No solamente una construcción política, económica y social sino también un sueño intelectual.

Rimbaud, Gauguin, Kafka, Unamuno… Mircea Cartarescu recuerda que muchos filósofos y pensadores han querido huir de Europa. Baudelaire dijo: “Cualquier sitio, menos Europa”. Según el escritor rumano, “todos ellos querían escapar de la racionalidad mecanicista que gobernaba Europa”. La respuesta emocional de Cartarescu hacia la huida de estos artistas y pensadores es la siguiente: huyeron porque sabían lo que se estaba cultivando en Europa a lo largo del siglo XX, porque previeron las terribles consecuencias de la creencia nazi y socialista y no querían formar parte de ello. “Aún tenemos que superar las consecuencias de esos actos: tenemos que responsabilizarnos de aquello, no olvidarlo para aprender a evitarlo en un futuro”.

Una imagen mental compleja

“Para mi Europa es una mezcla de sentimientos contrarios, sobretodo de auto-amor y auto-odio; una imagen mental compleja”. De hecho, es por esto que Cartarescu se siente orgulloso de ser europeo: “Ser europeo implica ser complejo, una criatura contradictoria que intenta encontrar equilibrio entre sus contradicciones.”

El escritor rumano citó a Goethe y Thomas Mann, que ya hablaban de la división europea de norte a sur y de este a oeste. Una división que, según Cartarescu, aún perdura y que, entre otras cosas, encasilla los escritores y los obliga a escribir solamente sobre los estereotipos de su casilla, de su país. “Mis escritores no los busqué en un mapa, los encontré en las estanterías de la biblioteca de mi pueblo, colocados el uno detrás del otro, sin ninguna frontera entre ellos”.

En este sentido, Cartarescu reconoce que forma parte de un espacio psicolingüístico rumano, pero el contenido de sus libros pertenece a Europa. Él sueña con una Europa que puede tomar muchas formas pero que no es esquizofrénica. “Las actitudes e ideologías pueden ser diferentes, pero en el arte siempre encontraremos un inconsciente colectivo europeo”.

La unidad como la única oportunidad

Nunca antes Europa ha tenido tantos retos para superar como ahora. No sabemos si lo que está sucediendo es para nuestro bien o si provocará la nuestra destrucción. Esta ambigüedad genera miedo, este miedo lleva a olvidar todos los valores aprendidos, y “el último de los valores que queda cuando la educación y la cultura fallan es el nacionalismo”, explica el autor.
Después de citar Donald Tusk (“no Donald Trump”, aclara): “unidos permaneceremos, separados desapareceremos”, Cartarescu afirmó que “lo que ha hecho Gran Bretaña es un gran error”. Para él, la unidad es la clave; porque una Europa unida implica conseguir la integración necesaria para frenar el auge del nacionalismo. Unidad para vencer el miedo. “Éste es el valor que tendría que orientar la Europa del futuro. Mi Europa no tiene muros o telones de acero, no tiene fronteras”.