Una juguetería es un lugar para…
Desordenar, romper cosas, esconderse tras el estropicio, y luego quedarse a dormir escuchando los pequeños ruidos nocturnos, de procedencia desconocida. Los padres no existen. En la juguetería ellos nunca mandan.
Un poeta resuelve un crimen en esta novela. Hoy en día parece que todo ha de tener una utilidad, basándonos en ello, ¿para qué sirven los poetas?
Para ser inútiles. Para decir con palabras desconocidas y extrañas todo lo que nos apetece decir pero no sabemos, aunque luego se olvide. Para hipnotizarnos y hacernos gritar. Para que lamentemos su partida. Para rellenar con sus palabras hermosas nuestros humildes libros.
¿Cuál es la mejor manera de atrapar un libro?
Ir a una librería. Están todos allí, esperando en diversos estados de pudibundez. Son como los amiguitos huérfanos de Annie, nos suplican silenciosamente que los queramos y nos los llevemos a casa. Algunos intentan seducirnos con sus tretas, otros se hacen los altivos, aunque la mayoría están poco seguros de sobrevivir mucho tiempo más. Secretamente sospechan que son clones.
El poeta y el profesor se ayudan de sus conocimientos literarios para descifrar el crimen, ¿Leer es la mejor manera de entender la realidad?
Yo no diría tanto. Como decía Fernando Pessoa (vía Pilar Adón), la literatura nos sirve porque nos saca de aquí, de lo real. Los libros no nos ayudan a entender la realidad, aunque sí a interpretar sus pálidos reflejos. La literatura es la realidad pasada por el fino tamiz de las obsesiones del autor, deformada por sus miedos, por sus ansias, por sus proyectos. De hecho, la belleza de un paisaje no es nada sin los ojos del que lo admira y luego lo cuenta. El amor es un artefacto literario, la pasión es un invento de los escritores, es la cristalización literaria del instinto. Puede que suene grandilocuente, pero no por ello deja de ser cierto.
Si le dedicaras este libro a alguno de los lectores de este blog de libros y Literatura, ¿qué le escribirías?
Para un momento (para leer hace falta tiempo, que no abunda), siéntate y disfruta. En una juguetería de Oxford se ha cometido un crimen. ¿No quieres saber quién es el culpable?
El año se acaba, ¿cuáles son tus deseos para el 2012?
Hum, difícil. Lo malo de los deseos es que se cumplen. Espero encontrar dos o tres buenos libros para recomendar. Dos o tres buenísimos, de esos que se salgan del ranking. O descubrir a dos o tres buenos autores, que merezca la pena rescatar. Con eso me conformo.