Esos interminables trayectos al lugar de trabajo, las reuniones que se alargan o las conversaciones sobre las vacaciones pasadas pueden pesar como una losa en nuestro ánimo. Nada como un buen libro en esos casos para evadirnos de esas imposiciones de la vida diaria, de manera que, al menos mentalmente, podamos escaparnos a otros lugares a través de historias apasionantes.
Sin duda, uno de los libros de esta temporada posvacacional es Como polvo en el viento, el libro con el que Leonardo Padura nos habla de la diáspora del exilio cubano a través de los lazos de la familia y la amistad. De éxodos también nos habla Pierre Lemaitre en la tercera entrega de su serie Los hijos del desastre. En El espejo de nuestras penas, el autor nos sitúa en la Francia de 1940, mientras avanza la ocupación nazi y su protagonista debe huir.
Los Terranautas - Boyle, T. C.
La historia, en especial la novela histórica, nos presenta momentos cruciales de la humanidad, y consigue abstraernos el presente a la vez que nos enseña que los problemas de nuestra especia han sido y seguirán siendo muy similares a lo largo del tiempo. En La guerra de los pobres, Éric Vuillard nos narra el levantamiento de los campesinos en la Alemania de 1524, liderados por el teólogo Thomas Müntzer. La gata y el general, por su parte, nos lleva a un pasado más cercano, a la guerra de Chechenia, y a los efectos que provoca a su protagonista veinte años después.
Las vidas reales, por último, también tienen la capacidad de absorber nuestra atención, y hacernos vivir otras realidades que nada tienen que ver con la nuestra. En ¿Puede prestarme su pistola, por favor? Lorenza Mazzetti nos narra la escapada de una familia burguesa con la intención de dinamitar la sociedad. Otra autora italiana, Cristina De Stefano, nos narra el periplo de María Montessori, mujer que vivió a contracorriente y que impulsó una sistema educativo que todavía pervive.