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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Enterrado por placer», Edmund Crispin

Enterrado por placer es humor, ingenio, ironía, entretenimiento y también algún que otro dardo envenenado a la sociedad inglesa.

Nunca consigo averiguar quién es el asesino en las novelas de detectives. Y qué poco me importa, la verdad. Me lo paso tan bien con todas las peripecias que van llenando las páginas que la resolución final, que ocupa apenas unas diez, la leo con la pena de que se acaba la diversión.

Gervase Fen es ya un viejo conocido. Cada vez que Impedimenta publica un nuevo y extraño misterio del profesor de literatura y detective aficionado, esperando estoy para hincarle el diente.

Esta vez, Fen se mete en política. Ni él mismo sabe bien por qué. Con este Fen, uno nunca está seguro. Sus reflexiones sobre la política y la idiosincrasia del pueblo inglés no tienen desperdicio. Y dando mítines no se queda corto. Es en Sanford Angelorum donde Fen presenta su candidatura, un pueblecito en medio de la campiña inglesa.

Dos asesinatos, un misterioso accidente, un loco exhibicionista que ha escapado del psiquiátrico e incluso algún fenómeno paranormal distraen la atención de Fen de la campaña electoral para dedicar sus esfuerzos a resolver el misterio. Todo ha empezado con un sucio chantaje a una dama del pueblo que, de joven, ejercía la prostitución. Wolfe, el comisario del pueblo, y el inspector Humbleby, de Scotland Yard, recurren a Fen que, como siempre, irá recabando información de unos y otros para dar con el culpable.

Enterrado por placer es humor, ingenio, ironía, entretenimiento y también algún que otro dardo envenenado a la sociedad inglesa. En casi trescientas páginas, también hay espacio para que se consolide la historia de amor entre un aristócrata progresista y una taxista conservadora y para hablar de los principios básicos de la psicología. ¿Se puede pedir más?

Edmund Crispin (1921-1978) es uno de los autores ingleses más importantes de la novela clásica de detectives y un ejemplo de literatura de entretenimiento de calidad.

ANA DOMÉNECH