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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«La poeta y el asesino»

La poeta y el asesino es una historia fascinante con dos personajes complejos y originales que enganchan al lector, una novela ideal para amantes de la literatura.

La poeta y el asesino es una historia fascinante con dos personajes complejos y originales que enganchan al lector.

Daniel Lombardo se las promete muy felices tras comprar un poema manuscrito de Emily Dickinson en una subasta para la biblioteca en la que trabaja. Tras una llamada informando de que el poema es falso se le caen encima los palos del sombrajo pero el lector descubrirá una parte de la biografía de la autora y la fascinante historia del falsificador Mark Hoffmann.

El narrador nos cuenta la historia en tercera persona, una historia lineal que se divide en dos tramas. Al principio nos presenta un personaje que podía dar mucho juego pero que solo es el vehículo para contar la historia, después se centra en la vida privada de Emily Dickinson para dar paso al personaje más enrevesado, el falsificador, que ocupa casi todo el libro. Es un estilo muy cuidado y rico en vocabulario, y muy serio en el que abundan los detalles, descripciones pormenorizadas sobre falsificaciones, pruebas para comprobar la autenticidad, información sobre la historia de la imprenta y el acto de escribir. No hay muchos diálogos pero el libro mantiene el interés por lo bien que explica las historias que componen la trama siempre y cuando te interese el tema. A mí siempre me han atraído mucho los orígenes de las religiones, quién, cómo y por qué las crearon pero siempre y cuando me lo cuenten de forma amena y en este caso es así. Si no te gusta el tema, este no va a ser tu libro porque la religión mormona ocupa bastante espacio. Otro de los temas principales es el de la caligrafía, a veces incluso parece un CSI literario y me ha gustado mucho conocer cómo escribimos y por qué lo hacemos de una forma y no de otra. El mundo de las falsificaciones queda expuesto también con todos los detalles posibles. Me ha resultado muy interesante también el tema de las subastas y me he enterado de los trapicheos que se traen entre manos grandes casas como Sothebys y Christies.

Me imagino que el autor ha hecho un gran trabajo de documentación y parece apasionado con el tema, ha usado como cebo un personaje tan atractivo como Dickinson pero lo ha hecho bien, le ha dado un buen sitio dentro de la historia y lo ha humanizado. Pero sin duda alguna, el eje del libro es Mark Hoffmann, el falsificador. Menuda pieza. Pero es lo que también mantiene al lector dentro de la novela, siguiendo sus pasos, ver cómo poco a poco va complicando tanto la cosa que cuesta ver por dónde va a salir. No es un personaje tan complejo como pudiera parecer porque además se centra sobre todo en lo que hace, que ya es bastante y menos en cómo es. No es una novela de ritmo rápido pero tampoco tiene atascos ni pausas. También hay que decir que hay que estar atentos porque entran en juego muchos nombres, datos y tramas que aunque están bien desarrolladas pueden hacer que te pierdas si te distraes.

En definitiva, un libro ideal para amantes y/o frikis de la literatura, que tengan algo de querencia por Emily Dickinson y que tengan sosiego para leer.

PUNTUACIÓN: 4/5

Norah Bennett