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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Mary, que escribió Frankenstein»

Publicado por Impedimenta, llega a las librerías la primera biografía para niños de Mary Shelley, coincidiendo con el segundo centenario de Frankenstein.

Mary Shelley comenzó a crear a su personaje más célebre en 1815, durante aquel verano en el que no hubo verano. Tenía tan sólo 18 años y llevaba ya dos recorriendo Europa con el poeta Percy Shelley con quien se fugó, absolutamente enamorada. Frankenstein o el moderno Prometeo nació en Ginebra (Suiza). Allí, en una pequeña cabaña, los Shelley, Lord Byron y el doctor John Polidori se retaron a escribir una historia de terror. Así nació el mito que la autora publicó de manera anónima poco después. Un éxito extraordinario cuyas ventas descendieron en cuanto se supo que el autor no era un hombre.

Publicado por Impedimenta, el pasado 15 de octubre llegó a las librerías la primera biografía para niños de Mary Shelley (1797-1851). Escrito por la canadiense Linda Bailey (1948) e ilustrado por Júlia Sardá (Barcelona, 1987), el libro narra la vida de Mary Shelley, hija de William Godwin y la filósofa pionera feminista Mary Wollstonecraft, que murió diez días después de nacer la niña. Educada en un ambiente cultural poco frecuente en la Inglaterra del siglo XIX, la pequeña Mary revolucionó la literatura británica con un género inédito: la novela gótica y la ciencia ficción.

Antes de convertirse en Mary Shelley, la niña Godwin aprendió a leer deletreando las palabras escritas sobre la tumba de su madre. Enseguida devoró todos los textos que Mary Wollstonecraft —el orgullo de su vida, escribió— le dejó como legado. Se aprendió de memoria párrafos enteros, interiorizó sus principios e hizo de su madre su ideal de vida, el espejo en el que quiso reflejarse. De ella heredó también la determinación, el deseo de libertad y el firme propósito de ser independiente en todos los sentidos. Lo logró. Se fumó en pipa las críticas y las convenciones sociales, rechazó el matrimonio, hizo de su vida un mausoleo de recuerdos e ideas personales y consiguió vivir de su trabajo.

Obviamente, este álbum ilustrado y creado especialmente para el público infantil no incide en los pasajes más escabrosos y conflictivos de la vida de Mary Shelley. Coincidiendo con el 200 aniversario de la publicación de Frankenstein, Linda Bailey narra el proceso creativo de la novela de terror más famosa del mundo: una noche de tormenta, una historia de fantasmas, un monstruo que cobra vida. Y lo hace de manera acogedora, cálida, apelando a la fantasía infantil, a la inteligencia y la creatividad de Shelley. Las ilustraciones de Sardà incrementan la sensación de misterio, la belleza gótica que vio nacer a Frankenstein, el paisaje envolvente y enigmático.

Una delicia, en fin, para recrear en familia los escenarios de aquel tiempo en una de las noches más mágicas e inquietantes de este otoño en el que no está habiendo otoño

ANA M. SERRANO