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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Otoño» y «Jaybird», dos cómics tan bellos como profundos

Una de las novelas gráficas más innovadoras de los últimos años, que podremos leer y admirar.

Hoy os vamos a recomendar dos joyas del cómic que comparten su afán por descubrir nuevos caminos estilísticos y narrativos pero que lo hacen a través de planteamientos totalmente distintos. Tambien comparten su predilección por las imágenes, dejando los diálos reducidos casi a la mínima expresión. Pero en el fondo no pueden ser más diferentes. Nos referimos a Otoño (Impedimenta), de Jon McNaught, y Jaybird (ecc ediciones), de Lauri y Jaakko Ahonen.

«Otoño es un homenaje a la belleza que supone el simple hecho de estar vivo» (Chris Ware)

Ganador del premio al autor revelación en la Feria del Cómic de Angoulême (2013), por fin llega a España Otoño (Impedimenta), de Jon McNaught, una de las novelas gráficas más sorprendentes e innovadoras de los últimos años. Un cómic que convierte un día trivial en la vida de dos jóvenes personajes en algo sorprendente. Un canto a la vida y a la belleza que nos rodea a todas horas, sin que seamos capaces de pararnos un momento para poder disfrutar de ellas.

Una obra íntima, personal e introspectiva pero que, a la vez, es universal. Porque todos deberíamos disfrutar más de esas maravillas de la vida de forma pausada, como la lectura que nos impone el autor con una arriesgada mezcla de viñetas de todos los tamaños, ralentizando el ritmo de la lectura cuando conviene e invitándonos a recrear la vista en grandes viñetas (e incluso páginas) cuando es necesario.

Su estilo en general y ese particular uso de las viñetas y la narración nos recuerda, poderosamente, a Chris Ware (The Acme Novelty Library), por lo que no es extraño que el famoso dibujante haya destacado que «Con pocos autores jóvenes de novela gráfica he sentido una afinidad estética similar».

Otoño está ambientada en Dockwood, una pequeña ciudad del sureste de Inglaterra de apenas 26.000 habitantes, donde lo más excitante que puede hacerse es visitar la bolera, un lago con barcas y un centro comercial. Y nos cuenta las peripecias, en un nublado día de octubre, de un ayudante de cocina que se esmera en prepara el almuerzo para los internos de la residencia de ancianos Elmview, y de un joven repartidor de periódicos que recorre Nettlefield Road, haciendo la ronda de la tarde. Sin perder de vista a los pequeños animales que conviven con los hombres como las ardillas, o las ruidosas aves que se congregan en los árboles para preparar su migración anual. Durante el cómic seremos testigos de cómo el otoño irá afectando a esos dos personajes de forma casi imperceptible pero sustancial.

Sin embargo, esos personajes son sólo una excusa para lo que realmente le interesa a McNaugt, convertir ese día de otoño en algo realmente mágico, casi una obra de arte agridulce, delicada y melancólica pero siempre optimista.

Una de las novelas gráficas más innovadoras de los últimos años, que podremos leer y, sobre todo, admirar, más de una vez.

Formalmente Jaybird (ecc ediciones) es tan bella como Otoño, pero su mensaje es muy distinto, porque nos encontramos con una novela gráfica cuya belleza esconde un brutal análisis de la sociedad actual, en la que estamos empezando a volver a tener miedo a los que no son como nosotros, a los extraños. Y cada vez nos refugiamos más en nosotros mismos, impidiendo un diálogo tan necesario como enriquecedor.

Es el sorprendente debut en la novela gráfica de los hermanos finlandeses Lauri y Jaakko Ahonen. Una obra ganadora del Premio Grand Guinigi a la mejor novela gráfica de 2015 y que también fue finalista a los premios Eisner en las categorías de mejor edición americana de material extranjero y mejor pintor/creador multimedia (por las páginas interiores). También consiguió el premio Comic Book Finlandia de 2013 y del Kultahuippu (mejor obra ilustrada, 2012).

Jaybird nos cuenta la historia de un pequeño arrendajo. Un pajarito muy asustadizo que vive una existencia solitaria y asilada en un caserón inmenso y sobrecogedor, cuidando de su madre enferma. Aunque siente curiosidad por lo que puede depararle el mundo exterior, su miedo a lo desconocido es más fuerte, por lo que nunca ha salido de la casa ni lo hará nunca si ello depende de su madre, que no quiere que la abandone. Hasta que un día… alguien llama a la puerta.

Un pequeño pajaro acomplejado, e incluso castrado, por la historia familiar (que decora las paredes en forma de los retratos de sus antepasados y a la que se pasa la vida quitándo el polvo). Esos cuadros le recuerdan constantemente (además del desprecio de su madre) que es un pobre pajarito asustadizo sin ningún futuro e incapaz de reunir el valor necesario para salir de casa y enfrentarse a la vida real.

Un cuento que, como los clásicos, no está exento de crueldad, y con una historia muy potente que no queda desdibujada por los espectaculares dibujos. Y es que, aunque cada viñeta sea una auténtica ilustración, eso no afecta al ritmo de la narración, muy influida por las películas mudas en general y por las de Charlot, en particular. También hay momentos, puntuales, en que la historia nos recuerda a Psicosis, de Alfred Hithcock.

Dos cómics realmente especiales y muy distintos a lo que podemos encontrar habitualmente en las librerías, dos aunténticas joyas.

Jesús Jiménez