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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Pedro Melenas y compañía», de Heinrich Hoffmann

«De repente me empieza a mirar con interés, las rimas le encantan, se sitúa detrás de mí para mirar las ilustraciones y cuando termino la primera página me pide: "¡más!".»

Comienzo a leer la primera página en voz alta, mi hijo de casi tres años va saltando de colchoneta en colchoneta en la biblioteca pública de mi ciudad delante de un cartel que pone: “No se permite saltar, zona de lectura”. De repente me empieza a mirar con interés, las rimas le encantan, se sitúa detrás de mí para mirar las ilustraciones y cuando termino la primera página me pide: «¡más!». No puedo desear mejor comienzo con él.

Me lo llevo a casa y vuelvo a leerle la primera página:

Por no cortarse las uñas
le crecieron diez pezuñas,
y hace más de un año entero
que no ha visto al peluquero.
¡Qué vergüenza! ¡Qué horroroso!
¡Qué niño más cochambroso!

Entonces se mira a los pies, me señala el dedo gordo y me dice que le corte la uña. No puedo evitar una risotada. Y así seguimos leyendo y se va aprendiendo las rimas de memoria y señalándome las ilustraciones. Llevamos ya diez días con él y casi todos los días se lo leo, le encanta. En definitiva, mi propósito de coger algunos libros en la biblioteca para reducir nuestro presupuesto de compra se ha ido al garete, ya que no tengo duda de que voy a comprarlo. Esperaré a volver a mi ciudad para adquirirlo en la librería Miguel Núñez, que lo tiene en su escaparate tentándome desde la Navidad.

Es cierto que es un libro con un humor políticamente incorrecto. Tienes que compartir este tipo de ocurrencias para que disfrutes el libro. Si no, te parecerá una barbaridad. Además olvidarte de temas de crianza, de lecciones aprendidas… yo soy de las que pienso que a un niño no se le debe clasificar entre bueno o malo, no se le debe amenazar con consecuencias horrendas a sus actos. Pero mira, que tomarse de vez en cuando la educación a risa no viene mal.

Como advertencia diré que contiene un par de historias que yo me salto para no confundir a mi hijo, la historia de los niños negros (cursan otras épocas para amenazar con teñir a un niño si se ríe de un niño de otra raza) y la de Agapito y su pito. No las recomendaría para ningún infante. En ese sentido creo que el libro puede ser muy bueno para leer a pequeños, no para dejar leer a preadolescentes. También lo recomiendo sin duda para adultos con un alma pícara. Un regalo genial.

Tras las historias del escritor original, aparecen varias de ilustradores actuales simulando el estilo del autor de Pedro Melenas. Quizá pierdan algo de frescura, pero sigue habiendo mucha diversión.

Un libro que nos ha encantado y que nos está dando muy buenos ratos en familia. Mi hijo es muy pequeño para este tipo de lectura pero siempre se ha mostrado muy receptivo a los libros en rima, le atraen mucho. En este sentido indicar que nunca es pronto para leer a los niños, si no les llama la atención cambiar el formato, probar otros temas… siempre habrá algo que les sacuda. No tener miedo del vocabulario, especialmente si viene con ilustraciones. Esto les beneficiará. Estoy segura de que podemos disfrutar de estas obras porque desde los pocos meses le hemos ido adentrando en el mundo de la literatura. Nos gusta ser ambiciosos con sus lecturas. En este caso, acierto completo.

Ni un Día sin Libro