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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Una chica en invierno», de Philip Larkin

«A Girl in Winter fue publicada en 1947 por Faber and Faber (Inglaterra), y en 1962 por St Martin’s Press (Estados Unidos). Ahora, se publica en castellano, en el excelente catálogo de la editorial Impedimenta.»

Philip Larkin (1922-1985), poeta, novelista y crítico musical del The Daily Telegraph, siempre dejó desconcertado a su público, pero no por eso dejó de aclamarle. A pesar de que nunca hizo concesiones a la fama ni se sometió a las leyes de lo que ahora llamamos márquetin, Larkin recibió varios premios, entre los que cabe destacar el Queen’s Gold Medal for Poetry.

Fue criticado de misógino y vulgar, cosa desde luego muy discutible. Otros, sin embargo, han afirmado públicamente que Larkin es el mejor poeta de la posguerra de la Gran Bretanya. De lo que no hay duda es que su lenguaje fue preciso, irónico, elegante y minucioso, y se le reconoce internacionalmente por su inquebrantable discurso literario.

A Girl in Winter fue publicada en 1947 por Faber and Faber (Inglaterra), y en 1962 por St Martin’s Press (Estados Unidos). Ahora, se publica en castellano, en el excelente catálogo de la editorial Impedimenta.

Una chica en invierno, traducida por Marcelo Cohen (gran especialista en la obra de Larkin), es una novela impregnada de sensibilidad poética (nunca sentimental) que narra una historia de amor entre Katherine y Robin. Es una relación extraña, un amor sin substancia que lleva, efectivamente, a la frustración del deseo. En la novela, que se divide en tres partes (a la manera de tres actos -introducción, desarrollo y desenlace-), el autor describe con ironía y una frialdad (el invierno es toda una metáfora) abrumadora las emociones cotidianas que acaban, casi todas ellas, en decepciones.

Katherine Lind, una bibliotecaria que trabaja en un lugar frío y mal iluminado, que en su adolescencia estableció correspondencia con Robin Fennel, decide ir a visitarle durante unos días.

Será en la casa familiar de Robin donde Katherine pondrá a prueba sus poderosas emociones acalladas por la dureza de su corazón. No hay ilusión para sentir y experimentar el amor. Estremecedor.

La poética de Larkin es sutil y, a lo largo de este relato, el autor nos muestra la zozobra de unos personajes desconsolados por las innumerables, colaterales y grises consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.

Por Carme Miró.