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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Lo que dijo Harriet», de Beryl Bainbridge

¿Qué puede pasar por la mente de dos chicas de trece años que se reencuentran en unas deliciosas vacaciones veraniegas en compañía de sus familias? Nada de lo que estáis pensando.

Perturbadora adolescencia que esconde secretos que escapan a los ojos maduros tras una tez aniñada y la mirada ingenua que parece no haber despertado a la vida. En Lo que dijo Harriet podréis descubrir la sediciosa alianza de dos chicas dispuestas a perpetrar un acto kamikaze por el simple placer de desplegar su poder corrosivo en el mundo adulto, que desestima la capacidad de influencia que unas, aún niñas, puedan ejercer sobre él. Una conspiración incendiaria, aquí y ahora, sin la menor mala conciencia de sus consecuencias. Todo ello, sus doscientas treinta y cinco páginas, son el ejemplo mejor mostrado y más explícito sin remilgos de la literatura que yo haya leído, de una odiosa palabra: Maldad. Pero ¿qué es lo que tiene que nos atrae cuál hechizo imantado?. Que nos saca esa parte oscura y peligrosa del pensamiento para seguir descubriendo dónde está el límite, hasta dónde son capaces de llegar.

Decimos los psicólogos que la adolescencia es la etapa de mayor influencia entre iguales. Un contexto adecuado de aprendizaje de conductas siempre relacionado con la existencia de afecto sirve, en mayor medida, como factor protector. Harriet debe ser la excepción que confirma la regla (no olvidemos que esta primera novela de Bainbridge está basada en el caso real Parker-Hulme), porque la influencia que ejerce sobre su amiga sin nombre y narradora de la historia, es una manipulación fuera de todo control y el afecto que le profesa no parece más que un disfraz emocional para alcanzar los objetivos trazados. No os exagero si os digo que Lo que dijo Harriet es un drama espeluznante en el que la conciencia no tiene cabida, que nos atrapa, nos seduce al igual que el propio plan de las chicas para persuadir de manera mezquina a un señor mayor, el Zar, dibujado dentro de un matrimonio infeliz y tan patético como influenciable. Desde la percepción de Harriet el mundo adulto es frágil y maleable. Su capacidad de manipulación empieza en su amiga y pasa por su propia madre, a la que llama “mujercita”. Ese desprecio hacia todo lo que le rodea y esa fiebre incontrolada para la seducción hará que este juego peligroso de extorsión acabe en fatales consecuencias.

Lo que dijo Harriet fue publicada en 1972 después de algunos años a la sombra ya que pareció demasiado desagradable, imagino que escalofriante, tanta crueldad para la sobria literatura inglesa de la época. Pues la maldad tiene los mismos efectos aunque pase el tiempo, pero la opción de conocerla de primera mano es una oportunidad que no debemos desaprovechar. Con una narrativa deliciosa para todos los sentidos y descripciones emocionales sin desperdicio, Beryl Bainbridge retrata con maestría aquello que nos resistimos a pensar: que un niño puede carecer de inocencia.

Por Mercedes Suero