cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Los casos de Horace Rumpole, abogado

Más relevante que el misterio, que se desarrolla según las pautas clásicas de la novela judicial –sin caer en la repetición–, es la trama familiar.

En Los casos de Horace Rumpole, abogado se agrupan seis historias sobre este personaje, la creación más popular del escritor londinense John Mortimer (1923-2009), autor de Un paraíso inalcanzable (ver
Aceprensa, 17-04-2013). Mortimer llegó a escribir más de cien historias sobre Rumpole, que inspiraron una añorada serie en la televisión británica.

La primera, Rumpole y las jóvenes generaciones, fue, de hecho, la tarjeta de presentación de este abogado, un sesentón propenso a citar a Shakespeare y a sus colegas del Oxford Book of English Verse, fumador de puritos y ocasional bebedor de “crianza de garrafón”, que se describe a sí mismo como un “letrado de poca monta en el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales”. Marido de Hilda, La que Ha de Ser Obedecida, y padre de un profesor de Sociología que apenas sale en estas páginas, un día decide poner negro sobre blanco sus casos más sonados: desde el primero, sobre un muchacho acusado de robar la recaudación a unos carniceros, hasta el último, «Rumpole y la brigada pesada», en el que defiende a un tipo que concentra las sospechas de un asesinato, pasando por el “escabroso asunto del Excelentísimo Señor Parlamentario”, sobre una violación.

Más relevante que el misterio, que se desarrolla según las pautas clásicas de la novela judicial –sin caer en la repetición–, es la trama familiar. El humor del protagonista, que narra las peripecias en primera persona, resulta irresistible, y Mortimer da la medida de su talento con las discusiones que entretienen a Horace y Hilda, un matrimonio lo bastante bien avenido como para tolerarse, pese a sus puntos de vista diferentes, después de tantos años.

Junto a esa virtud, hay que subrayar, sí, la verosimilitud de las intrigas y la fluidez de los diálogos. El mismo Mortimer fue abogado, y su experiencia se nota en el texto, preciso a la hora de detallar los procedimientos judiciales y a sus intervinientes.

Horace Rumpole es un personaje netamente británico, al igual que Sherlock Holmes, y, a la vez, es universal. Su vida y sus opiniones atraerán a cualquier devoto del humor inglés y a la caricatura apacible de las costumbres de ese pueblo.

Como un padre Brown trasplantado a una Inglaterra en la que ya sonaban los Rolling Stones, Rumpole mira a su país con ojos críticos y, en ocasiones, desconcertados. Es consciente de que los tiempos están cambiando y, aunque se consuela con la idea de que el pasado aún no ha sido abolido del todo, no vacila en romper con las tradiciones si las considera desatinadas. Ahí, el liberal Horace Rumpole se confunde con el liberal John Mortimer, lo mismo que Sherlock y el cura de Chesterton con sus padres respectivos. Era inevitable.

ALBERTO DE FRUTOS