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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

‘Madame de Treymes’ de Edith Wharton

Confieso que nunca había leído a Edith Wharton. No sé muy bien si es algo imperdonable o cosas que pasan, pero es una de esas autoras que tenía en la recámara y que intuía que me iban a gustar. El libro elegido para estrenarme ha sido Madame de Treymes, recién publicado por Impedimenta, y es que estaba tan a mano que era imposible resistirse.

‘Madame de Treymes’ es una novela corta en la que conocemos a John Durham, un norteamericano en París que está decidido a vencer todas las dificultades para poder casarse con una amiga de la infancia. Estamos en Francia a principios del siglo XX, y la mujer en cuestión es Fanny de Malrive, norteamericana casada con un disoluto marqués francés del que vive separada. Fanny, por lo tanto, deberá conseguir el divorcio de su marido, y como podéis adivinar no resultará nada fácil.

Fanny y John deben enfrentarse a la cerrada sociedad francesa, dominada por la religión y las apariencias. En esta difícil situación aparecerá Madame de Treymes, la cuñada de Fanny, que representa todo lo engañoso de la alta aristocracia francesa. En un juego de mentiras y medias verdades, la felicidad de Durham se verá comprometida de una manera que no puede ni imaginar.

Edith Wharton, al igual que Henry James, juega aquí con la contraposición entre la encorsetada vieja Europa y la nueva y libre América. Dos concepciones de la vida totalmente diferentes, enfrentadas, que dará lugar a dramas como el de la historia de amor entre Fanny y John. Una historia de amor en la que, curiosamente, el amor queda en un segundo plano, para verse consumido por las máscaras y las intenciones ocultas tras las sonrisas.

Edith Wharton sabía muy bien de lo que hablaba cuando escribió esta novelita, ya que apenas unos años más tarde ella misma se divorciaría de su marido, teniendo que soportar esa doble moral que tan bien recoge en esta historia. Nacida en Estados Unidos, acabó su vida en Francia, y es autora de numerosas novelas en las que puede verse un vivo retrato de la sociedad norteamericana y europea de la época, como en La edad de la inocencia o La casa de la alegría.

‘Madame de Treymes’ se lee en un rato (literalmente, son sólo 128 páginas en formato pequeño) y te deja un regusto amargo. No es el amor lo que impera aquí, son las maquinaciones de Madame de Treymes, aunque ella sólo sea la cabeza visible de una sociedad que ahoga y estrangula, aniquilando cualquier atisbo de felicidad.

Es una historia dolorosa, de tintes trágicos e inesperados, pero también nos sirve como máquina del tiempo. En efecto, viajamos en el tiempo hasta una época en la que los convencionalismos sociales imperaban, una época en la que la apariencia lo es todo. Una historia dura para sus protagonistas contada de una manera bellísima. Una joyita para disfrutar y después dar gracias de que ciertas cosas hayan cambiado. Para mejor, por supuesto.

«En efecto, Durham empezaba a descubrir que uno de los encantos de la sociedad elegante consistía en analizar minuciosamente cualquier contacto que tuviese lugar entre ambos sexos. Si, en los remotos tiempos de la desinhibida Nueva York, Fanny Frisbee le hubiese propuesto dar un paseo por el parque desde el portal de alguna vivienda adosada de piedra rojiza, a él, su acompañante, le habría parecido una idea agradable pero carente de importancia. En cambio, ahora, la sugerencia de Fanny de Malrive de pasear por las Tullerías estaba cargada de ambiguas promesas.»

Por Sarah Manzano