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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Mi patria son las 25 mejores novelas de 2017

25 libros le salen a nuestro colaborador en el recuento de lo mejor de 2017, aunque ninguno pudo superar la repercusión de 'Patria', cuyo reinado en librerías y medios continuó un año más.

Elegir los mejores libros del año es una gran responsabilidad que podría recaer sobre alguien que al menos se los acabara, pero me ha tocado a mí. Cada fin de año se hace balance cultural y proliferan las listas de mejores discos, mejores películas y mejores libros, y también los artículos que ponen en cuestión esas listas. Incluso pueden cuestionarse las listas desde tu propia lista, como hacemos aquí.
Porque una práctica habitual y en principio recomendable consiste en que un redactor de un medio se pase una semana enviando ‘emails’ a varias decenas de personas para que voten sus diez libros favoritos o pongan puntos a tres que les gustaron mucho y luego se suma todo eso, se divide, se hace una derivada, se da un salto mortal y se saca finalmente una infografía con diez libros que todos sabíamos que iban a acabar en esa infografía. Es indudable que, cuando la gente vota, se hace democracia; sin embargo, votando no se hace cultura. La cultura no tiene que ver con el consenso, sino con la intransigencia. Quien ama de verdad la cultura no negocia qué libro le gusta, qué cuadro le emociona o qué película marcó el año que termina. Hay que ser un fanático para hacer una lista de mejores libros del año que merezca la pena. Yo soy ese fanático.

2017, además, empezó con el libro del año ya elegido. A las doce y un minuto del pasado 1 de enero todos sabíamos que el libro más importante del año que alboreaba iba a ser ‘Patria’, de Fernando Aramburu, porque los fenómenos literarios son bienales. ‘Patria’ campó a sus anchas mes a mes: que si HBO va a hacer una serie, que si Premio Nacional, que si este pasajero está leyendo ‘Patria’ y que si déjame ‘Patria’ que aún no lo he leído. El éxito de un libro no es que mucha gente lo lea, sino que haya mucha más gente que cree que aún no lo ha leído: ese adverbio, muy concretamente, es la gloria.
Así que no sé qué harán el año que viene con el Premio Nacional de Narrativa, porque se lo tendrían que dar otra vez a ‘Patria’ siguiendo su costumbre de no descubrir libro alguno a la gente y conformarse con señalar lo más propagado. Pero repatriar el Premio Nacional va contra sus propias normas, que obligan a que cada año haya un gran libro, dado que los premios no reconocen el talento sino que se lo inventan.

25 libros de 2017

Me he puesto a hacer una lista de los libros que más me han gustado en 2017 y me han salido 25. ¡Olé por los números redondos! La mayoría son novelas, de modo que podríamos decretar alegremente que en 2017 la narrativa confesional y autobiográfica nos dio un respiro y volvimos mansamente a la ficción y a las historias.
Más abajo reúno bajo pabellones de afinidad estos veinticinco títulos.

Literatura universal

‘Solenoide’ (Impedimenta), de Mircea Cartarescu. Seguramente es el mejor libro del año y uno de los más importantes publicados en lo que va de siglo. No lo he terminado de leer. De hecho, hay alarmantes señales que indican que quizá nunca lo terminaré de leer. ¿No decían que un gran libro nunca se termina de leer del todo? A su manera, es como ‘La broma infinita’, de David Foster Wallace, ese libro gimnástico, que convierte al lector en un ‘sparring’, siempre golpeando la página, tonificándose la inteligencia. Es obligatorio comprarlo.
‘Literatura universal’ (Anagrama), de Sabino Méndez. Que un músico o exmúsico haga una novela como ésta da bastante rabia. Llena de citas maravillosas, creo que hasta le sentaría bien el premio Nacional para expatriados del que hablamos más arriba.
‘Vernon Subutex 2’ (Random House), de Virginie Despentes. A todos los que siguen a Despentes les pregunto si no creen que ‘Vernon Subutex 1’ era de derechas y ‘Vernon Subutex 2’, de izquierdas. Esperemos que ‘Vernon Subutex 3’ sea de extremo centro. Pueden leer directamente el monólogo que empieza en la página 112.
‘El cuento de la criada’ (Salamandra), de Margaret Atwood. Esta reedición distópica se lee ya con la cara de Elisabeth Moss narrándonos su perra vida.

Droga dura

‘La vegetariana’ (Rata), de Hang Kang. Hacerse vegetariana puede ser una carnicería, como demuestra esta brutal novela surcoreana. Creo que no soy el único que sólo se ha leído el primer tercio.
‘Las niñas prodigio’ (Fulgencio Pimentel), de Sabina Urraca. Autobiografía con MDMA y prosa campo a través. Creo que la locución “campo a través” podría servirnos para etiquetar un nuevo subgénero, donde también entraría ‘Cuaderno de campo’ (La Bella Varsovia), de María Sánchez.
‘Asesinato’ (La navaja suiza), de Danielle Collobert y ‘Las retrasadas’ (Árdora), de Jeanne Benameur. Desde Francia con horror llegaron estos dos experimentos formales donde la sintaxis se tortura casi tanto como los personajes que la cabalgan.
‘La mujer de Martin Guerre’ (Reino de Redonda), de Janet Lewis. Este libro es de 2016, pero es tan impresionante que voy a hacer como que me he equivocado. Un marido desaparece y, cuando vuelve, gusta más, lo que hace pensar que quizá no es realmente el marido.
‘A través de la noche’ (Mármara), de Stig Saeterbakken. Aquí el marido es infiel y lo pierde todo, salvo su deseo de encontrar una casa ‘tarkovskiana’ (Stalker) donde habita todo terror. Para infidelidades menos dramáticas pueden acercarse a ‘La uruguaya’ (Libros del Asteroide), de Pedro Mairal.

Maduritos interesantes

‘Aunque camine por el valle de la muerte’ (Random House), de Álvaro Colomer. 100 comentarios insultantes recibió mi reseña de este libro donde se dice que el ejército español hizo el ridículo en Irak. ¡Yo fui objetor de conciencia!
‘Rendición’ (Alfaguara), de Ray Loriga. Cruce entre Juan Rulfo y J.G. Ballard, Ray Loriga ganó con esta estupenda novela el premio Alfaguara.
‘Años felices’ (Anagrama), de Gonzalo Torné. La mejor prosa de su autor hasta la fecha para un narrar -otra vez- expatriado: personajes y ambientación anglosajona en un arriesgado ejercicio de negación de origen.
‘El joven sin alma’ (Anagrama), de Vicente Molina Foix. Éste tampoco me lo he terminado, pero tiene las 50 primeras páginas más bonitas del año: “Eres el fetichista de lo que has roto.”

‘Vita brevis’

Una buena idea para novela corta es la que han tenido Katixa Aguirre, Daniel Jándula, Juan Carlos Márquez y el inglés más ‘Nobelable’ de todos: Ian McEwan. ‘Los turistas desganados’ (Pretextos) reúne a una vasca y a un castellano para recorrer la Álava post-ETA; ‘Tener una vida’ (Candaya) nos mete dentro de un agujero que no deja de ensancharse; ‘Resort’ (Salto de Página) busca a un niño desaparecido en vacaciones (el final de esta novela es de una habilidad técnica sobresaliente); y ‘Cáscara de nuez’ (Anagrama) propone una historia criminal narrada por un feto: insuperable.

‘Delicatessen’

Muy gustosos para el paladar literario que me queda fueron ‘No me acuerdo’ (Mr. Griffin), de Yago Ferreiro, y el poemario ‘La célula de oro’ (Bartleby), de Sharon Olds. Si me tuviera que quedar con dos únicos títulos de todo 2017, a lo mejor elegía ‘Cuentos escogidos’ (Seix Barral), de Joy Williams y ‘Las moradas’ (Periférica), de Nicolás Cabral, asimismo un compendio de relatos.
La teoría literaria me la pusieron en este tiempo Manuel Alberca con su fenomenal ‘La máscara o la vida’ (Pálido fuego) y Mario Levrero en las ‘Conversaciones’ (Contrabando) reunidas por Pablo Silva Olazábal.

No acabar de leer

Era inevitable cerrar este recuento con otro libro que no me he terminado de leer. Uno, la verdad, nunca acaba de leer, y quizá eso es lo bueno.
En realidad los diarios de Andrés Trapiello son interminables y tengo cada día más claro que nos enterrarán a todos. O por tonelaje, o por inmortalidad, o por constancia, vaya usted a saber.
Escribe Trapiello en ‘Mundo es’ (Pretextos): “Y entonces comprende uno que da igual que los libros leídos sean mejores o peores: fueron los que tuvimos a nuestro lado en las trincheras, y esos lazos son hermosos e indestructibles.”

ALBERTO OLMOS