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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Mucho más que zoofilia

Conviene recordar una fecha, 1976. Solo con el año de publicación, Osoadquiere un valor mucho más importante. Si su contenido nos parece transgresor, arriesgado y moderno cuarenta años después, imaginémonos la revolución que supuso por aquel entonces.

Revolución y escándalo que no privó a Engel de recibir el Governor General’s Literary Award, premio nacional canadiense, en ese mismo año.

El argumento es sencillo. Lou, bibliotecaria introvertida y encerrada en un trabajo que no colma sus expectativas, recibe el encargo de inventariar un fondo documental legado a su institución por el fallecido Coronel Cary. Para ello debe desplazarse a una remota isla del norte de Canadá, a la casa victoriana del coronel, donde se topará con un extraño acompañante. El oso que descansa en el cobertizo exterior de la casa.

Impedimenta, la editorial que ha hecho llegar Oso a España, no nos oculta en el resumen de contraportada la naturaleza de esa relación. Íntima, dice, y la verdad es que uno se pregunta antes de acometer la lectura, ¿cuánto?

El lector no tarda en descubrir que la respuesta es mucho. Y no sólo a nivel sexual, que también. Sino a nivel vital, de descubrimiento, de romper el propio yo, de transformarse en otra persona. De explorar el amor.

En ese viaje iniciático y transgresor, se mezclan con maestría los hallazgos documentales de Lou, a través de los que va reconstruyendo el pasado del Coronel Cary y de toda una época pasada. Y allí, enfrentada a esa realidad, es donde descubrimos la verdadera naturaleza de Lou. La mujer transgresora e inconformista, nada temerosa, que se rebela a través de una descarnada libertad sexual.

“Pero lo que le disgustaba de los hombres no era su erotismo, sino que dieran por supuesto que las mujeres no tenían. Lo que las confinaba al papel de amas de casa”

Lou lucha contra las normas establecidas y lo que Engel nos cuenta en Oso es quizá el momento donde roza la mayoría de sus propios límites. Donde la libertad se salta todas las barreras y la vuelta a la naturaleza más primitiva es total. Resulta sorprendente que sea Oso quien ponga la última barrera, quien cierre un círculo y devuelva a Lou a su propia vida. Una ya muy distinta, ya que Lou sale reforzada de su estancia en la isla, dispuesta al cambio.

Extraña y hermosa, Oso se ha convertido en un clásico de la literatura canadiense y Marian Engel en todo un icono en ese país, reconocida activista por los derechos de los escritores. Ella nos dejó en 1985. Sus historias, para todo aquel que sea capaz de despojarse de sus prejuicios, seguirán fascinando a miles de lectores.