Hay libros que nos entran por la vista: por la portada, por el cuidado de la edición. Otros nos llegan más por su título o porque el nombre del autor nos es familiar; o porque el texto de contra nos da cierta curiosidad. Así que si el nombre de Vasco Pratolini, uno de los escritores italianos más importantes del Siglo XX, no fuera suficiente, la preciosa edición (que Impedimenta sacó con mucho acierto el año pasado), el título y la trama (o mi reseña) os acabarán de convencer de que debéis leer este clásico.
Las muchachas de Sanfrediano fue publicado en Italia en 1949 y se puede considerar un excelente ejemplo de la literatura del neorrealismo, por lo tanto es normal que las historias de los protagonistas se desarrollen en un barrio popular de la ciudad. En este caso en concreto estamos en Florencia y en Sanfrediano.
Las chicas de este barrio no son como las demás, son trabajadoras y luchadoras, participaron activamente en las batallas partisanas y todas ellas tienen muy fuerte el sentimiento de pertenencia a una misma comunidad. Así que cuando la bella Tosca descubre que Aldo, el más guapo del barrio, que ostenta un pasado de héroe partisano (y al que todo el mundo llama “Bob” por su parecido con Robert Taylor), la está engañando a ella y a algunas chicas más de Sanfrediano al mismo tiempo, decide organizar una tremenda venganza de “las muchachas”.
Es una historia casi clásica que nos muestra la fuerza que puede llegar a tener la unión de las mujeres, verdaderas protagonistas de este cuento en el que la figura del hombre sale bastante mal parada; pero también es un guiño constante a aquella parte más pícara y descarada del espíritu de Florencia y de sus barrios. Se trata de un libro que atrapa al lector con una trama rápida y adictiva (es imposible no devorar las páginas deseando descubrir cuál será al fin el destino que le espera a Bob por manos de las chicas), que nos transporta literalmente a la época que describe, con su atmósfera y sus colores. A lo largo de la narración Pratolini toca también temas más delicados, como la convivencia no siempre fácil, al finalizar la guerra, entre quien había luchado por un bando (los partisanos) o por el otro (los fascistas) y la forma descarada con la que mucha gente se ponía las medallas del bando ganador.
Las muchachas de Sanfrediano es ideal si queremos ver la cara más divertida y ligera del neorrealismo italiano y, sin duda, es una lectura imprescindible para llevarnos en el equipaje de mano si nos vamos de escapada a Florencia.
Por Roi Gambardella.