Entre 1904 y 1906, Twain publicó primero Los extractos del diario de Adán y luego El diario de Eva. El segundo apareció primero como un relato en una revista de la época (Harper’s Bazaar) y luego apareció como libro.

Las dos historias son una visión irónica de la vida en pareja de la primera pareja (en el de Eva, Twain deja claro que solo es un traductor), porque poco importa que seas el protagonista del principio de los tiempos para tener problemas con tu media naranja. Ya entonces tienes unos cuantos problemas de relaciones. Y más aún cuando las cosas que haces acaban marcando la expulsión de la pareja del Edén. En su momento, el libro (al menos la parte de Eva) estuvo también rodeado de cierta polémica por una descripción sobre cómo iba vestida Eva (que los estadounidenses biempensantes de entoces tacharon de pornografía).

El libro acaba de ser recuperado por Impedimenta como Los diarios de Adán y Eva, en una edición ilustrada por Sara Morante (que parece la ilustradora del momento, porque también es la autora de La vida de las paredes. La edición es, nos prometen, “deliciosa”.

Por Raquel C. Pico