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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Oso

Es una novela de lectura agradable, con paisajes y recreaciones muy bellas.

No tengo nada que objetar sobre la prosa de Marian Engel. En realidad no tengo mucho que objetar sobre la novela. Me ha gustado esa prosa cándida que de vez en cuando se deforma hacia algún punto que roza la decadencia y otras lo sublime. Me ha gustado el modo cálido en que se desenvuelve la historia, pausado y leve que deviene en ternura y también pasión, morbo y excitación desbocada. En líneas generales no puedo objetar nada excepto una cosa: no ha terminado de llegarme, no me ha calado todo lo que esperaba. Puede que haya sido por no haberme sentido identificado con la protagonista, con un pensamiento inclinado al machismo y una visión con aires derrotistas. Sí, puede que haya sido eso. Puesto que todo lo demás está es su sitio y se ofrece en la justa medida que merece el entorno y sus posibilidades. Sin embargo, es este aspecto tan importante, que resta valor a la valoración general que pueda tener sobre la obra. Alabo, no obstante, el mérito de la autora, capaz de expresar lo inexpresable en una época aún más cohibida y limitada por los tabúes sociales sobre sexo y otros asuntos. Celebro su valentía y coraje al mentar las cosas por su nombre y no ocultar la trama tras intrincadas metáforas o simbolismos. Lo que es, en esta novela, simplemente es. La complejidad de Lou, la protagonista, no acaba de desentrañarse del todo, salvo quizá al final, cuando afloran en ella sentimientos más elevados y su historia emocional pasada queda ligeramente al descubierto. Es una novela de lectura agradable, con paisajes y recreaciones muy bellas. La presencia del oso, figura en torno a la que gira todo, resulta natural y es fácil imaginar sus poses y movimientos animales; Marian Engel, además, los describe escuetamente pero muy bien. El aislamiento en la isla de Cary ayuda al acercamiento del lector, a la intimidad de la situación. Uno pronto acaba sumándose a esa rutina apacible a la que invita la autora a través de su personaje y su entorno.

Maxi Sabela Tornés