Florence está viuda, ya no es demasiado joven y sospecha que esta aventura será su última oportunidad para vivir, vivir de verdad. La lucha de Florence nos transmitirá la idea de que son nuestras ilusiones y lo que decidimos llevar a cabo lo que conforma el mapa de una existencia jugosa; la que recordaremos al final del todo. La que nos permitirá no doblegarnos ante las frías corrientes.
Además de una maravillosa protagonista, Penélope ha construido a la perfección una serie de personajes secundarios inolvidables, complejos y contradictorios. Cuánta satisfacción supone para los lectores que el autor nos permita dar forma a los personajes mediante la relación que tienen con los demás, mediante sus reacciones a lo largo de la historia.
La literatura de Penélope Fitzgerald invita a otra forma de leer. Bajo una prosa sobria, sin ornamentaciones y aparentemente sencilla, su estilo narrativo exige de un lector atento y entregado porque ella sólo da pistas, esboza pinceladas. Los lectores tienen que recrear el universo que ella nos sugiere. Si no se lee así, las historias de Penélope podrían parecer algo frías. Con este estilo consigue dejas espacio al lector para que participe, no se lo da todo hecho, para que leer sea una experiencia mucho más intensa. Isabel Coixet también ha sucumbido a su lectura y acaba de estrenarse en los cines una magnífica adaptación de La librería.
Yo me he sumergido en la historia: he leído y olido los libros que Florence llevó de Londres. He tomado el té con el señor Brundish y mi corazón se ha descontrolado más que el de la propia protagonista. He volcado las bandejas de canapés para destrozar la fiesta de Violet Gamart. Ha sido una lectura deliciosa.
Finalmente quisiera hacer una pregunta a los lectores de Diario de Ávila: ¿Cómo elegís vuestros libros? Yo leí esta novela porque me la recomendó otra escritora, Pilar Adón. ¡Qué alegría haber descubierto a Penélope Fitzgerald! Creo que hay una cadena que une a autores y lectores y me gusta pensar que esta reseña es un nuevo eslabón de literatura compartida.
NOEMÍ VALIENTE