Los libros de Jiří Kratochvil (el autor checo tantas veces comparado con Kundera) pertenecen a este grupo. No tanto por las historias que cuentan, sino por la excelente prosa que nos encontramos en ellos. Resultan ser obras en las que “cuesta entrar” y de las que luego, una vez dentro, no se quiere salir.
La promesa de Kamil Modrácek es, sin duda, una de esas obras. Ambientada en Brno (como muchos otros libros de Kratochvil) en la década de 1950, cuenta la historia del arquitecto Modrácek, quien sobrevive trabajando para el gobierno estalinista hasta que su hermana, una pintora cuyo arte y cuyas ideas no comulgan con los ideales comunistas, es detenida y hallada muerta (o asesinada) en su celda. Tras recibir la terrible noticia, el hasta entonces tranquilo protagonista decide vengarse y utilizar el subsuelo de la ciudad (un intrincado laberinto de pasadizos subterráneos utilizados a lo largo de los años por personas que huían de una u otra guerra) para ello.
Aunque la trama principal gira en torno a la historia del arquitecto, Kratochvil escribe una novela coral en la que un grupo de personajes de todo tipo (incluido él mismo) muestran el día a día en la famosa ciudad checa, en una época en la que el miedo al régimen (personificado en la omnipresente policía secreta) infectaba el aire y en la que cualquier movimiento debía estar pensado al milímetro para no despertar sospechas.
Así termina por convertirse el subsuelo de Brno en un personaje más de la novela, siendo al mismo tiempo escenario de una venganza y una cuidada metáfora tanto de la mente del protagonista de esta novela, como de las mentes de muchas otras personas que, reales o no, hayan estado en su misma situación.
Sin embargo, como no sólo de desgracias vive la literatura, el autor da forma a una novela en la que el humor (negro, pero, al fin y al cabo, humor) también está presente en gran medida y en la que experimenta con diferentes narradores y técnicas narrativas, consiguiendo que cada capítulo sea una pequeña sorpresa para el lector.
Ya sea por la lección de literatura que recibimos al leer este libro, porque la historia nos entretiene o porque nos impregna de un abanico de emociones que muy pocas obras consiguen comunicar, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que La promesa de Kamil Modrácek es un libro imprescindible en toda biblioteca. Todo un regalo para cualquier amante de la literatura.
Por Izaskun Gracia