Especialmente ha retenido mi atención el relato titulado Amar y anhelar, donde un equívoco muy bien elaborado desemboca en una confirmación de la rutina, a saber por qué razones interiores que, por otra parte, definen seguramente muchos de los comportamientos en la vida interior de las parejas. En El pastel, sin embargo, asistimos a otro aparente equívoco emocional en un matrimonio donde es más importante la intervención de un tercero (tercera, para el caso) y que, al final, el trance de desunión no hace sino reconfirmar la unión de lo ya establecido. Parejas en crisis y parejas que se reafirman en la importancia de lo vivido juntos, en una especie de defensa del hábito como modo de vida. Como una forma de amor. Todo ello adornado de una cuidada ironía, de un humor aparentemente distante pero muy humanizado. Una lectura apacible, instructiva, inteligente.
Por Ricardo Martínez