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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Reseña de «Un día en la vida de una mujer sonriente»

El libro de Margaret Drabble presenta relatos de mujeres que revelan aspectos de su situación social, laboral y afectiva.

Casi desconocida en nuestro país, Margaret Drabble es una escritora británica con varios libros que la han llevado a un lugar destacado en la literatura inglesa de posguerra. Un día en la vida de una mujer sonriente agrupa sus cuentos completos, con historias que pivotean en torno a la condición femenina, a sus deseos y conflictos de conciencia: las vacilaciones del matrimonio, la naturaleza fugaz de los encuentros y los vínculos, la amenaza provocada por el tedio o el desencuentro, la aparición de lo inesperado que pone en riesgo una frágil armonía.

La prosa de Drabble se toma su tiempo: la tramas crecen de manera pausada y con largos segmentos reflexivos o líricos, para presentar a una mujer o una pareja –parejas o amantes– que deben afrontar un conflicto cotidiano y puntual o bien de años, destinado a cambiarles la vida o al menos a precipitar un giro en su visión de las cosas.

En “Amantes fieles” una mujer, sin premeditación, cae al bar donde años atrás se citaba con su amante para, inesperadamente, volver a encontrase con él.

En “Una historia de éxito”, una reconocida dramaturga tiene la oportunidad de conocer al escritor que admiró desde adolescente, pero al final debe asumir la curiosa sensación de haberse sentido más atraída por el deseo que su colega sintió hacia ella que por su obra (la narradora dice: “Habría cambiado de buena gana toda la obra del dramaturgo, y todo el placer duradero que le había proporcionado, por ese comentario idiota que él hizo sobre sus piernas”).
Mientras que “Los regalos de la guerra” despliega una historia paralela: de un lado una mujer que sale a comprar el regalo de cumpleaños para su hijo; del otro lado, una pareja de objetores de conciencia sobre las armas de juguetes: el encuentro tendrá inesperadas y explosivas consecuencias.

Varios de los cuentos se desarrollan en torno de un viaje, como en “La torre de Hasán”, en el que un matrimonio de viaje por Marruecos se enreda en peleas superficiales hasta que, finalmente, la entrada a un centro histórico les concede una particular revelación.

En “Un viaje a Citera”, Susan, para quien “la idea de viajar al continente era suficiente para sumirla en un estado de expectación febril”, conoce en un tren a un hombre que le pide que envíe una carta a su nombre, pequeña misión que durante unos meses le añade un nuevo pensamiento y deseo a su rutina.

Mientras que en “Cruzando los Alpes”, un hombre planifica meticulosamente un escape de unos días al continente con su amante, pero el viaje le revela la imposibilidad de un lazo duradero, más allá de los rutinarios hábitos que los mantienen unidos.

Los 13 cuentos de esta antología, escritos entre mediados de la década del 1960 y 2000, son un buen termómetro para pensar la posición de la mujer en décadas tan complicadas y con tantos espacios –reales e imaginarios, cotidianos y profesionales– para conquistar.