cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Stanislav Lem desde cuatro dimensiones

Provocación y Biblioteca del Siglo XXI:
Stanislav Lem desde cuatro dimensiones

I. La obra en el contexto biográfico de su autor y cultural de la literatura occidental
Dividir la biografía de un ser humano en etapas, o buscar jalones determinantes en el curso de su existencia, es invariablemente un ejercicio de voluntarismo.
No obstante, y dejando clara nuestra total consciencia de esta licencia, no podemos sino señalar tres momentos señalados en la vida de este gigante intelectual del siglo XX, y que, a mayor abundamiento, son prácticamente equidistantes entre sí.
  1. El joven, apenas postadolescente, que sin haber cumplido la veintena ya combate en seno de la Resistencia polaca contra la ocupación nazi. 1 Esta peripecia vital habrá de ser muy tenida en consideración en lo atinente al primero de los relatos que integran la obra objeto de esta reseña.
  2. El escritor de mediana edad que, frisando los 40 años y en el ecuador de su vida, publica la que será su obra más celebrada y le otorgará reconocimiento universal, Solaris. 2
  3. Y finalmente el hombre de mirada ya sexagenaria 3 que elabora los cuatro relatos recogidos, dos en cada una de ellas, en las obras Provocación y Biblioteca del siglo XXI, editadas originalmente en 1984 y 1986 en libros separados, y ahora publicadas conjuntamente en España por la editorial Impedimenta, que recopila cuatro relatos escritos por el escritor polaco entre 1979 y 1985.
Ciñéndonos a la obra objeto de este pequeño análisis, cabe significar que estos cuatro relatos no guardan relación temática o de contenido entre sí. Pero existe un hilo que los enhebra de modo inconfundible, y que va más allá del sello inconfundible de su autor: en los cuatro el autor se transmuta en la personalidad de impostados críticos literarios que, valiéndose de los estilemas propios de la crítica literaria, elaboran sendas reseñas acerca de obras ficticias (que no de ficción, pues las supuestas obras son ensayos acerca de diferentes cuestiones), para de ese modo acometer su propia reflexión sobre cuatro ámbitos alternativos del conocimiento humano.
Este recurso, es conocido como seudografía, 4 ha sido un fenómeno histórico bastante común en la Antigüedad que en la esfera del arte literario se asimiló como recurso estilístico en la etapa crepuscular del Medievo y los albores de la Edad Moderna.5 Posteriormente, tal y como veremos a continuación, ese mismo recurso devino en una técnica argumental fértil para los literatos con la proliferación de la novela moderna, al punto de ser empleado en la obra magna con la que aquélla adquiere carta de naturaleza (El Quijote).
La heterogeneidad de los relatos que configuran Provocación, acaso redunde en interés de la persona lectora, toda vez que puede acercarse al universo de este intelectual desde cuatro enfoques o aproximaciones totalmente diferentes entre sí.
Esta pluralidad de perspectivas es empero coherente con la idiosincrasia de este intelectual, que no encaja en absoluto en el molde estereotipado de escritor de novela que ha predominado en la tradición occidental desde los albores de dicho género literario; y particularmente desde la Revolución Científica de los siglos XVII y XVIII, que por lo común dio pábulo a una progresiva fractura y dicotomía entre ciencias y humanidades, quedando aquéllas acotadas al ensayo sin pretensiones literarias, 6 y siendo éstas el coto vedado de la obra literaria.
II. Cuatro relatos, dos obras, un libro.

Stanislaw Lem finalizada la II Guerra Mundial retomó los estudios de medicina (en la especialidad de psicología), 7  interrumpidos por la invasión nazi y el comienzo de aquélla el 1 de septiembre de 1939. La disidencia y ciertas discrepancias ideológicas del incipiente escritor le llevaron a sustraerse de su incorporación al ejército como médico militar, continuando así su vida profesional en instituciones de investigación, y galvanizando asimismo su interés por el emergente campo de la cibernética.
Debe señalarse que además, durante sus actividades en la Resistencia polaca, se le encomendaron actividades de sabotaje y soldadura, habiéndose por tanto familiarizado con la vertiente práctica de la ciencia y su implementación tecnológica.
No cabe duda de que Provocación es un trabajo indisociable de la vida de su autor (¿qué obra literaria no lo es, a fin de cuentas?), que se hace evidente por la referida diversidad temática de las cuatro partes que forman el conjunto. A saber:
  1. La Historia, y en su pasaje acaso más significativo, que no es otro que el de la agresión nazi y la Shoah (más comúnmente denominado Holocausto). 8
  2. La crítica detallada de un presunto ensayo, a mayor abundamiento devenido en bestseller, cuyo objeto es el retrato lo que hacen todos los seres humanos en el transcurso de un mismo minuto. 9
  3. Una reflexión divulgativa acerca de aspectos del universo como cosmos.
  4. Un análisis de la presunta tecnología militar del siglo XXI y el concepto de inteligencia artificial, descrito por un autor del siglo XXII, que imagina Lem desde la década de los 80 del siglo XX, con la lucidez de un autor que escribe desde el estadio en que se hallaba la ciencia en los años 80 del siglo XX.
¿Es afortunada la opción de haber reunido cuatro relatos, publicados originalmente por parejas en dos obras diferenciadas, en una sola edición? Entendemos que sí, por la coherencia formal y de fondo que a continuación se esclarecerá.
Desde el punto de vista de la técnica literaria, los cuatro relatos emplean la metodología o técnica literaria de la narración o descripción de un autor interpuesto que da cuenta de lo expresado por otro u otros en publicaciones ficticias. (Algunas de ellas son atribuidas a la colaboración mancomunada de dos autores ficticios, tal y como sucede en los dos primeros relatos).
De este modo, hay una mediación literaria entre autores y lectores, que asume el narrador en cuestión. De este modo, el narrador no sólo se distancia o se hace irresponsable de lo que pueda afirmar el ficticio autor original en un pasaje, sino que además resulta posible la coexistencia de puntos de vista alternativos o incompatibles, que se presentan expresados por sujetos distintos (autor y narrador), aun en una única voz (a de este último).
Se vale por tanto de la convención literaria a la que dio carta de naturaleza Miguel de Cervantes, de valerse de un segundo autor. De ella se valió el magno escritor en El Quijote, toda vez que el narrador (el propio Cervantes, como escritor cristiano) 10 presenta las aventuras del ingenioso hidalgo manchego como la peripecia descrita por un cronista musulmán Cide Hamete Benengeli, 11 traducida asimismo por un autor morisco. 12 13
Si formalmente la técnica narrativa de la mediación del autor interpuesto opera, como ya hemos explicado, como vaso comunicante entre los cuatro relatos, desde un punto de vista argumental o de fondo, pese a las mentadas diferencias en sus respectivos planteamientos, sin duda en última instancia prevalece el motivo final de reflexionar acerca de la naturaleza y el comportamiento humanos.
El autor no abordará tan ambiciosa pretensión de un modo directo, a la usada de un tratado filosófico.
Casa mucho más con su espíritu hacerlo desde el distanciamiento y por canales más indirectos. En otras palabras, siguiendo un método brechtiano. 14
Provocación: 1) Der Völkermond. 2) One Human Minute.
A la vista de la temática de los cuatro relatos, es obvio que, dentro de su referida heterogeneidad, el primero, firmemente afincado en la retrospectiva de los crímenes perpetrados por el Nacionalsocialismo y el esclarecimiento de sus causas, se singulariza especialmente con relación a los otros, cuya materia argumental tiene menos anclaje con una realidad histórica documentada, y progresa desde la inventiva del autor polaco con una mirada prospectiva.
1.Der Völkermond. La Shoah bajo una mirada rigurosamente lúcida.
Se hace preciso recordar nuevamente el transcendental pasaje biográfico de Stanislaw Lem como combatiente de la Resistencia polaca, que lo aleja por completo de la reflexión propia de un intelectual de salón.
La enjundia de este relato supera con creces las posibilidades de esta reseña. Sin embargo, no queremos dejar de indicar que la originalidad de las reflexiones que expresa –por autoría interpuesta- Lem, sobre una cuestión indudable (y lógicamente) muy manida, hacen especialmente recomendable la lectura de este relato frente a los razonables recelos que puede generan para un lector/a que, 75 años después de la liberación de Auswitz (27 de junio de 1945), invariablemente tiene la sensación de haber escuchado y leído todo lo que es posible, aun tratándose de una cuestión de tamaña relevancia histórica.
  1. Recuérdese, a título contextual, que Stanislaw Lem (12 de septiembre de 1921-27 de marzo de 2006) nació en la ciudad de Leópolis, por entonces polaca (y en la actualidad de Ucrania), en el seno de una familia católica cuya ascendencia no obstante era judía.
  2. Téngase en cuenta que la celebridad otorgada por esa excepcional novela de ciencia ficción llegará diferida en el tiempo, más de una década después de su publicación, por la aclamada adaptación que de aquélla llevará a término el cineasta ruso, o quizá con más precisión –dado el contexto histórico de su obra-, soviético, Andrej Tarkovsky en 1972, premiada en el prestigioso Festival de Cannes ese mismo año.
  3. Permítase una nueva licencia en el empleo de la expresión ‘mirada sexagenaria’, toda vez que el primero de los relatos de Lem recogidos en esta publicación, con excelente traducción de Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz, Horst Aspernicus, fecha de 1980, cuando el autor por tanto se hallaba en la antesala de los sesenta años, pero sin haberlos cumplido a la sazón.
  4. La seudoepigrafía o «falsa atribución» consiste en adjudicar o firmar un documento con el nombre de alguien famoso. Fue un recurso «propagandístico» muy usual en los primeros tiempos de los textos escritos, ya que al atribuirlo se propiciaba una mayor difusión. (Fuente. Wikipedia)
  5. Así un ejemplo lo encontramos en la misma Celestina, donde en el prólogo Fernando de Rojas dice haber encontrado el primer acto de su obra y que este puede ser de Juan de Mena o de Rodrigo de Cota, autores de ese entonces, ya consagrados. (Fuente: Wikipedia).
  6. Evidentemente la literatura de ciencia ficción, como subgénero de la literatura fantástica, y cuyo alumbramiento muchos ubican en la obra de Mary Shelley Frankenstein, es por su propia naturaleza un ámbito frontera y fecundo encuentro entre esos dos ámbitos divididos por la tradición occidental. No en vano, la obra de Jules Verne en el siglo XIX, y de autores como Isaac Asimov, Ray Bradbury o Arthur G. Clarke, han trazado puentes que salvan esa zanja en la que había hondado la tradición de los siglos anteriores.
  7. No en vano, su padre había sido médico militar en el ejército austrohúngaro, habiendo formado la localidad de Leópolis de dicho imperio hasta el fin de la I Guerra Mundial; y ya de la Polonia nacida tras la Gran Guerra, hasta 1939.
  8. En este punto, debemos puntualizar y recordar a la persona lectora que el término Shoah es el más riguroso para conceptualizar el genocidio sufrido por los habitantes de etnia judía por el nazismo desde la Endlich Lösung (Solución Final) aprobada por el partido Nazional-Socialista en el curso de la II Guerra Mundial. El término Holocausto, con el que se conoce comúnmente, se popularizó a partir de la miniserie homónima, que enfoca ese drama histórico a través de los devenires una familia igualmente polaca, dirigida en el año 1978 por Marvin J. Chomsky, y protagonizada por Michael Moriarty, Maryl Streep y James Woods.
  9. El propio Lem hace explícito en el inicio de este relato (One Human Minute) del diálogo entre esta obra otras muy en boga en la época en que fue escrito. Concretamente Los tres primeros minutos del universo (Steven Weinberg, 1977), El primer segundo (Hubert Reeves) –ambos muy relacionados con la profunda formación científica del autor- y El libro Guiness de los rércords (Craig Glenday, cuya primera edición tuvo lugar en 1955). Sin duda, a ellos se habría añadido el impactante libro de Stephen Hawking Una breve historia del tiempo, de no haber sido publicado apenas tres años después (1988) de la edición de este relato.
  10. El narrador/Cervantes se presenta ante el lector como una suerte de escribano que recopila datos de otros autores y de los archivos de la Mancha para ir reconstruyendo la historia de Alonso Quijano.
  11. Concretamente en los capítulos VIII y IX de la primera parte, en el que se interrumpe la pelea con el Vizcaíno para después de la explicación retomarla. Así, el autor finge haber encontrado en el mercado de Toledo un manuscrito árabe que continúa la historia interrumpida en los anales de la Mancha, de donde lo habría sacado originariamente.
  12. Por tanto, en El Quijote existe más bien una doble mediación.
  13. Probablemente el empleo más conocido de esta misma convención literaria lo encontramos en los relatos de Jorge Luis Borges, tales como Historia universal de la infamia, en los que las pintorescas vidas de sus poco ejemplares protagonistas, responden a la documentación presuntamente aportada por fuentes tales como Enciclopedia Británica.
  14. En alusión al poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht (1898-1956), creador del llamado teatro dialéctico, que hunde asimismo sus raíces en el teatro épico del romanticismo alemán de Schiller, que se caracteriza por su vocación de explorar la naturaleza humana a partir de historias que, ambientadas con frecuencia en otras coordenadas espacio-temporales, no dejan sino de ser un pretexto argumental para ese último propósito en clave humanista y social.