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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Un ensayo sobre a naturaleza

«Publicada por primera vez en 1979, El árbol, una de las pocas obras en las que el novelista John Fowles exploró el género ensayístico, supone una reflexión enormemente provocativa sobre la conexión entre la creatividad humana y la naturaleza, además de un poderoso argumento contra la censura de lo salvaje.»

Desde niño, mi amor por la naturaleza ha ido creciendo día a día, con la misma fuerza que han crecido mis ideas de protección hacia ella. Con un año recién cumplido un médico, le dijo a mi madre que la única forma de que se me curase la tos ferina era viviendo entre pinos. Sin pensarlo dos veces mis abuelos y ella me llevaron al chalet que tenían cerca Pilar de la horadada. Aquellos árboles me devolvieron una vida bastante maltrecha, a pesar de mi corta edad. Fueron el soporte para empezar a caminar, el inicio de todo. Guardo gratos recuerdos de aquella etapa donde la muerte se presentaba cada día, a cada hora.

Publicada por primera vez en 1979, El árbol, una de las pocas obras en las que el novelista John Fowles exploró el género ensayístico, supone una reflexión enormemente provocativa sobre la conexión entre la creatividad humana y la naturaleza, además de un poderoso argumento contra la censura de lo salvaje. Para ello Fowles recurre a su propia infancia en Inglaterra, en la que se rebela contra las estrictas ideas de su padre, que vive obsesionado con la «producción cuantificable» de los árboles frutales, y en su lugar decide abrazar la belleza de la naturaleza no modificada por el hombre. El árbol es una obra excepcional que nos lleva por los vericuetos de la creación, del descubrimiento de las fuentes de la inspiración, de las claves de la escritura, y todo ello a través de un recorrido por los espacios naturales más salvajes que acompañaron al autor durante su vida.

La naturaleza y su misterio, sirven para llevarnos a espacios de nuestra mente, que a veces desconocemos o los dejamos pasar porque no llegamos a entender eso que se nos oculta. A eso a veces le llamamos musa y lo trató bien Robert Graves en su ensayo La dama blanca. La naturaleza nos despierta los sentidos, nos traslada a otros lugares y hace que despierte el instinto. En definitiva El árbol de Fowles es un ensayo sobre la naturaleza y como ella nos influye tanto en lo personal como en lo creativo. Una delicia, una obra para releer.

Por Eduardo Boix