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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Visiones femeninas sobre Lloyd Wright

Para quienes no lo trataron, Frank Lloyd Wright (1867-1959) no es sino el nombre que está detrás de algunos de los edificios más celebrados del siglo XX: la Casa de la Cascada, el Hotel Imperial de Tokio, su estudio de Taliesin (Wisconsin) o la sede neoyorquina del Museo Guggenheim.

Quienes tuvieron la suerte, o la desgracia, de relacionarse con él conocieron a un hombre de humor cambiante —jocoso y magnético, pero también mordaz y atrabiliario—, a quien sus proveedores crucificaban por moroso y a quien sus discípulos, que corrían a Taliesin para impregnarse de su sabiduría, no perdonaban su afición a entrometerse en sus asuntos personales ni su pasión por sembrar cizaña. Coraghessan Boyle (1948), uno de los más sólidos novelistas estadounidenses de ahora mismo —El fin del mundo, El balneario de Battle Creek o El pequeño salvaje (Impedimenta, 2012)— se acerca con su brillantez habitual a la figura del arquitecto a través de sus tres esposas y su amante. El resultado es una novela de muy alto gramaje.