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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Zenda recomienda: «Monjas y soldados», de Iris Murdoch

Murdoch ahonda de forma brillante en las aspiraciones y los miedos que experimenta todo ser humano cuando ha de posicionarse ante las situaciones más extremas de la vida.

Jueves en Zenda. Jueves de narrativa extranjera. Jueves, en este caso, de Monjas y soldados, la quinta novela de la escritora y filósofa irlandesa Iris Murdoch (1919-1999) publicada por la editorial Impedimenta, encargada, a lo largo de los últimos años, de repescar los títulos de su bibliografía que todavía no habían sido publicados en España. Monjas y soldados corresponde a la última etapa de la escritora dublinesa, y fue publicada en 1980, justo después de El mar, el mar, una de sus obras más populares y aclamadas.

La propia editorial describe así la novela: «Amor y amistad. Lealtad y conflictos morales. Tan magistral como siempre, Murdoch ahonda de forma brillante en las aspiraciones y los miedos que experimenta todo ser humano cuando ha de posicionarse ante las situaciones más extremas de la vida. Una obra deslumbrante que nos transporta a la elegancia estilística de otra época.

Guy, centro de un nutrido círculo de familiares y amigos, está en su lecho de muerte. Sus ojos releen por última vez la Odisea mientras su esposa Gertrude recibe el apoyo de una cohorte de allegados (intelectuales, artistas, abogados y miembros del Parlamento) que se dejan caer por la casa cada semana. Es justo entonces cuando Anne, su mejor amiga de la universidad, llama a su puerta por sorpresa, tras haber pasado los últimos quince años en un convento de clausura. Aún en busca de su fe perdida, Anne se instala con Gertrude, que empieza a sentirse como una Penélope cercada por sus pretendientes: no solo por el melancólico Conde, hijo de exiliados polacos, que siempre ha estado enamorado de ella, sino también por el afable y exitoso Manfred o por el respetable y distinguido Moses… Sus días se complican tras la muerte de Guy, cuando Gertrude, abrumada por tantos requerimientos, decide refugiarse en su amiga Anne y viajar a Francia con la decisión de vender la casa que allí compartía con su marido.»