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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Las chicas de Vassar – Pérgola- «El grupo», de Mary McCarthy

Para 1963, año en el que apareció esta novela, Mary McCarthy ya había publicado una decena de libros(incluyendo sus Memorias de una joven católica) que le habían valido el aprobado general de la crítica y cierto aura de escritora rebelde y escandalosa. El grupo (Impedimenta), que según sus propias palabras la hizo millonaria y le arruinó la vida, no hizo sino confirmar esa etiqueta. Etiqueta que, por otra parte, se de-mostró muy rentable. Rápida-mente se convirtió en uno de esos placeres culpables, el libro que corría de mano en mano sin que nadie admitiera haberlo leído.

Un bombazo que no gustó en los círculos en los que ella se movía, la intelectualidad liberal neoyorkina. Sus hasta entonces amigos se apresuraron a desdeñarlo. Por bestseller. Algunas delas retratadas (El grupo tiene una evidente inspiración autobiográfica) le retiraron la palabra. En Australia, directamente, lo prohibieron, por considerarlo “un atentado contra la moral” a causa de su tratamiento explícito de ciertos temas. McCarthy abordaba la fisiología del sexo de manera directa y sin prejuicios, y hablaba con irónica franqueza de expectativas sexuales, infidelidad, métodos anticonceptivos… Con el tiempo, acabaría convirtiéndose en algo así como un clásico de la literatura femenina y teniendo un enorme impacto en las siguientes generaciones de escrito-ras. Candace Bushnell, por ejemplo, reconoce que su Sexo en Nueva York no es más que un intento de adaptación de esta novela. El grupo sigue la pista de un puñado de mujeres inteligentes, idealistas y cultas, pero también bastante inocentes. Dottie, Polly, Libby, Pokey, Lakey… Todas con su diminutivo. Niñas bien que aterrizan en la vida adulta y aprenden por las bravas que la vida va en serio, que el amor romántico es una alucinación pasajera que casi siempre conduce a la melancolía y que tendrán que pelear duro si quieren abrirse camino en ámbitos profesionales dominados por hombres y, en general, en una sociedad profundamente machista.

Como todos los jóvenes de todas las gene-raciones (casi nada es nuevo), las chicas de Vassar de la promoción del 33 crecen contra sus padres y se construyen su personalidad en oposición a estos. “Todas sin excepción coincidían en que lo peor que podía sucederles era llegar a ser como mamá y papá, unas personas envaradas y timoratas. Ninguna de ellas, si podía evitarlo, pensaba casarse con uno de esos banque-ros, agentes de bolsa o aboga-dos, secos como palos y fríos como el hielo, con quienes se habían casado tantas mujeres de la generación de sus madres”. McCarthy es una maestra del despelleje y, de un modo elegante pero implacable, acaba desnudando sus miserias, traiciones y auto engaños, poniendo en evidencia el abismo existente entre lo que proyectaban y la realidad. El libro se abre con la boda de Kay, una escena inolvidable, resuelta de un modo muy brillante a partir de una sincronización perfecta y una compleja pero redonda multi perspectiva. Y termina pocos años después, con su funeral, acaso la última ocasión en que se reunieron todas.

—M. A., Pérgola.