Las historias cruzadas de nueve amigas egresadas del elitista Vassar College en el Nueva York posterior al crac del 29 son los mimbres con los que Mary McCarthy (Seattle, 1912-1989) representa una potente y desencantada crónica de sueños veinteañeros. Con tintes autobiográficos, esta novela coral recrea los itinerarios que emprenden estas mujeres, idealistas y cultas, cuando comienzan a tantear su futuro profesional y sentimental y conocen a hombres que en algunos casos encarnarán el reverso de sus anhelos. Publicada hace sesenta años, su tratamiento explícito, casi pedagógico, de cuestiones como el sexo y los anticonceptivos suscitó un escándalo de aúpa. Si en El oasis McCarthy realizó un despiadado retrato colectivo de cierta intelectualidad neoyorquina, en El grupo el foco se desplaza a los proyectos de vida, aún no hechos añicos por el desencanto, de unas jóvenes a las que «lo peor que podía pasarles era llegar a ser como papá y mamá, unas personas envaradas y timoratas». Se consideran integrantes de la élite social y su fe inquebrantable en el progreso de su estatus social no comenzará a resquebrarse hasta que los primeros reveses de sus muelles existencias hagan pedazos cualquier vestigio de inocencia. El principio de realidad se abrirá paso a codazos. Una prosa elegante, culta y que moldea con inteligencia la caracterización psicológica de los personajes enmarca las andanzas de estas jóvenes hijas de papá y mamá desde 1933, cuando se casa Kay, la iconoclasta del grupo, y hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ellas son: Kay, ejecutiva en Macy’s; Dottie, la guardiana del decoro, en apariencia; Pokey, a la que regalaron un avión cuando se graduó; Helena, la rara del grupo; Libby, pasión por la literatura; Priss, la empollona liberal; Lakey, altiva y rica; Norine, intelectual y pragmática, y Polly, cuyo corazón está siempre con los perdedores de todas las batallas.
—Íñigo Urrutia, Diario Vasco.