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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

STANISLAW LEM el futurista sarcástico – «El profesor A. Dońda », de Stanisław Lem – Qué leer

El pasado día 72 de septiembre se celebró el centenario del nacimiento de uno de los autores señeros de la ciencia ficción. del que se publica una biografía y una novela hasta ahora inédita en español.

La ciencia-ficción, a veces tan Incomprendida, a menudo tan menospreciada o maltratada pero tan popular, tan estimulante para todo tipo de arte audiovisual, tiene en Stanislaw Lem a una rara avis que aún hace más complejo el hecho de definir tal género literario El autor polaco, verdadero autor de culto, murió a los ochenta y cuatro años en 2006 en una clínica de cardiología de Cracovia en la que llevaba ingresado varias semanas y este mes se celebra el centenario de su nacimiento, pues vio la luz en 1921 en la ciudad ucraniana de Lvov. Su primera vocación fue la medicina, que abandonaría en 1939 por causa de la ocupación nazi. Son tempos huelga decirlo, durísimos, de empleos diversos, de traslados, de la reanudación de sus estudios pese a todo. Y de su debut literario, extraño y original y alejada de la actualidad estremecedora circundante Se trata del relato El hombre de Marte (1946). Toda una declaración de principios desde el título.

Así, mientras las estéticas literarias en boga buscan formas de abordar el infierno reciente que ha asolado el mundo, Lem se refugia en sus inquietudes: la cibernética -aunque las directrices socialistas la prohíben-, las matemáticas, la filosofía … y la ciencia-ficción, cuando además el género es, por así decirlo, patrimonio de los anglosajones -con la salvedad del ruso, aunque escritor en inglés, Isaac Asimov- como Ray Bradbury, Philip K. Dick o Aldous Huxley. Lem entonces publica en 1951 su primera novela, «Los astronautas». y encuentra su toma de contacto con el pasado en la autobiográfica El tiempo no perdido (1955) sobre el periodo nazi , un ejemplo de narrativa realista dentro de su inclinación por colocar al hombre en el futuro. Pero no simplemente -y ahí radicará su originalidad y hondura- desde un punto de vista aventurero o fantasioso, sino moral : cómo la tecnología, la evolución humana puede adaptarse a las nuevas condiciones que depare el destino.

Es el caso de tantas de sus obras que presentan una civilización utópica llena de contradicciones y angustias, y que, además, van a incorporar una mirada humorística e incluso grotesca, como se aprecia en los cuentos de Diarios de las estrellas (1957). Lem ya ha conseguido su voz narrativa, que pronto eleva a un gran nivel con Solaris (1961), la historia claustrofóbica de unos pocos humanos en un planeta que parece manipular el pasado de los personajes.

Mirando al cielo

Con todo, la vida extraterrestre no será su única inquietud literaria. Ciertamente, escribirá más libros de ciencia-ficción, como Retomo de las estrellas -en el que un astronauta regresa a La Tierra tras veintitrés años de viajar a la velocidad de la luz- , u otros donde combinará la sátira con la política, como en los cuentos de Ciberiada: fábulas para una era cibernética, pero Lem, que ejerció de profesor de literatura en la universidad cracoviana, aborda una suerte de parodia filológica en el que brilla su ironía mordaz y su ingenio para bromear con su propio oficio: en 1971, publica Vacío perfecto, un libro de crítica sobre libros inventados, y dos años después Un valor imaginario, un conjunto de prólogos de libros no escritos. Este escritor de culto, maestro de la ciencia ficción , creador de mundos paralelos -mentales y espaciales-, aún despierta fascinación. Es lo que viene del lejano espacio lo que le va interesar: del cielo y la galaxia, y de la mente, la imaginación, del hombre. Y una ocasión estupenda de comprobarlo dicho son los libros que la editorial Impedimenta va lanzando al mercado de él año tras año. En uno de ellos, Máscara (2003), el lector pudo conocer al Lem en el campo de la narrativa corta, con trece relatos inéditos, de etapas muy alejadas, tanto de los años cincuenta como de la década de los noventa, de modo que podía apreciarse la evolución y la coherencia en los asuntos tratados, siempre en torno a vida inteligente y tecnológica en otros planetas. Por ejemplo, en el primer cuento, «La rata en el laberinto», se recrean las consecuencias físicas e ilusorias de la llegada de un meteorito en una zona en la que están acampados dos amigos. Lo extraterrestre en Lem tiene un aspecto de normalidad, de desmitificación; así, los supuestos alienígenas, como dice un personaje, «son seres vivos tan falibles como nosotros; y asimismo, igual que nosotros, destinados a morir». También en el siguiente texto, «Invasión», otra cosa extraña cae del cielo hasta provocar un cráter descomunal y generar un caos social. Son relatos de acción, de humanos enfrentados a lo desconocido y en los que se asoman las ideas filosóficas y científicas más frecuentes de su producción; de ahí que siempre haya profesores y matemáticos que reflexionan con hondura intelectual sobre las amenazas del «espacio exterior».

Una novela inédita

En el terreno novelístico, ahora Impedimenta presenta una nueva obra, El profesor A. Donda. De las memorias de fjon Tichy, que cuenta cómo el holocausto informativo ha caído sobre el planeta en una historia cuyo protagonista ya conocerán los lectores de Lem, ljon Tichy. Este tiene un colega, el profesor Affidavit Donda, que ha descubierto que la información almacenada en las computadoras tiene un peso medible. Todos los ordenadores del mundo se han destruido a sí mismos y ello ha provocado la desaparición de la totalidad de los bancos de datos informatizados que hay en la Tierra. Ello ha causado el colapso del Primer Mundo, a la vez que ha supuesto un enorme alivio para el Tercero. En este caos, ha colapsado el sistema monetario mundial, todo lo cual lleva a Lem a unas páginas de sátira apocalíptica que hasta el momento eran inéditas en castellano.

Y como perfecto complemento para profundizar en todo este centenario, Impedimenta publica una obra del polaco Wojciech Orlinski, considerado el mayor experto mundial en Lem y él mismo autor de novelas y relatos de ciencia ficción , titulada Lem. Una vida que no es de este mundo. Una biografía en que el autor se sirve de fuentes inéditas, muchas de ellas familiares, de anécdotas y de datos nunca revelados, para desgranar una memoria de Lem que es también la memoria de una época. Orlinski va contando aquí cómo sobrevivió Lem al Holocausto, lo que opinaba sobre el comunismo, de qué trata en realidad Solaris, qué fue lo que truncó su amistad con Philip K. Dicky provocó que este último lo denunciara ante el FBI, o dónde y cuándo probó las drogas y cuál fue su experiencia.

Una inmejorable oportunidad, pues, para conocer a un escritor que naturalizó la fantasía de seres invasores mediante términos de física y química y planteó la angustia de la vulnerabilidad e ignorancia del ser humano. Se aludirá a Jorge Luis Borges, a Franz Kafka, para hablar de Lem , tal fue su empeño, su exigencia estética: se tomó el lujo de desdeñar la ciencia-ficción estadounidense por superficial; se sintió tan libre pa ra mezclar ambiente detectivesco y futurista en La investigación (1976) y La fiebre del heno; para escribir ese libro tan raro en 1979, las Memorias encontradas en una bañera, en el que volvía a encerrar a una serie de personas para analizar sus bajezas e imaginaciones, sus mundos interiores hechos del peor de los miedos: el temor a lo que vendrá el próximo minuto.

—Toni Montesinos, Qué leer