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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Cuatro excelentes apuestas negras de cuatro editoriales pequeñas – «Los alcatraces», de Anne Hébert – El País

Entramos en el otoño con muchas ganas de leer y hemos sacado unos cuantos ratos para dedicárselos a libros que no tendrán montañas de ejemplares en la entrada de las grandes superficies, publicados con mimo por editoriales que lo tienen más complicado en el panorama actual. Quizás por esto son todo recuperaciones de novelas de otros tiempos, relatos y un curioso ensayo, pero el viaje no deja de merecer la pena por ello. Pasen y lean.

Los alcatraces, Anne Hébert (Impedimenta, traducción de Luisa Lucuix Venegas).

Con el cuidado habitual en todo lo que hacen, los de Impedimenta nos traen una nueva edición, bien traducida, con una portada poderosa, de esta enorme novela, premio Femina 1982. Dos adolescentes admiradas por su belleza desaparecen en un pueblo canadiense llamado Griffin Creek, una desgracia que sirve a la autora para contarnos la vida de esta localidad a través de los oscuros personajes que van pasando por el relato.

Todo funciona en este libro de resonancias faulknerianas: la descripción de la miseria de las gentes de este pueblo, la fuerza del joven Stevens, elemento disruptor, gran sospechoso. Las obsesiones sexuales o religiosas de uno u otros, los cambios de registro para cada voz, la descripción de una naturaleza ingobernable que manda en la vida de los lugareños, todo es impecable. Ahora, si son fans del policial clásico, este no es su sitio. Aquí el crimen, que se resuelve y bien, es la excusa para un gran despliegue literario y no aparece como tal, antes es solo una sombra, hasta la mitad del relato. Pero ¿qué importa? Mientras, disfruten del espectáculo.

—Juan Carlos Galindo, El País