No sé si catalogar este libro como un cómic, como un libro ilustrado, o como una historieta (en el sentido más romántico de la palabra). Lo más sensato sería decir que estamos ante una obra de arte peculiar, divertida y muy literaria. Impedimenta nos tiene acostumbrados a editar verdaderas joyas, tanto en contenido como en continente, la edición es inmejorable, y las ilustraciones, el color y el tono sobrio de las imágenes una delicia para la vista.
Bajo la excusa de una investigación repleta de referentes y locura imaginativa, David B. se sumerge, con sobrada magnificencia, inteligencia, y soberbio humor, en el surrealismo, uno de los movimientos artísticos más importantes del siglo XX. André Breton, el gran teórico del surrealismo, reconocido por todos los expertos como el fundador y principal referente de este movimiento, se encuentra muy desamparado: ya no hay ninguna mujer en su vida, sus colegas, los surrealistas, se han ido o han sido apartados, y sobre todo, y ante todo, el alma del surrealismo le ha abandonado (¿o le ha sido robado?). No le queda mas remedio que contratar a su amigo, el detective Nick Carter, un afamado investigador. Nick Carter investigará sin descanso a través del tiempo y del espacio para encontrar eso indescriptible que supuestamente le ha sido sustraído a André Breton. La investigación, la narración (visual y literaria), es un ir y venir por/entre un entresijo de mundos surrealistas, donde los escenarios fantásticos, los personajes más sibilinos y ladinos, las mujeres fatales y los crímenes más horrendos, comparten protagonismo con las máquinas más raras, únicas e inimaginables del mundo y con las situaciones más variopintas y peligrosas.

—Angie Ballester, La Jungla de las Letras