Lo confieso: no es la primera vez que caigo en las garras (dulces garras) de los libros de Impedimenta. Ya lo hice en su día con Damas oscuras —una antología que recogía relatos victorianos escritos por mujeres que hizo que disfrutara de lo lindo— y ahora lo hago con Maestras del engaño, una antología de relatos escritos por Tori Telfer que tienen una cosa en común: sus protagonistas son las mayores embaucadoras de la historia.

Sabiendo la calidad que tienen los libros de esta editorial y lo que me gusta a mí una historia donde las estafas y los timos son lo más importante, ¿cómo no iba yo a adentrarme en estos relatos? Sería imposible que el resultado hubiera sido otro. Y, ya te lo adelanto: ¡menuda experiencia de libro!

Me ha encantado pasearme por las diferentes figuras que la autora nos va presentando poco a poco. Y no solo porque sus historias sean interesantísimas (madre mía, ¡la de mujeres que se han intentado hacer pasar por la Gran Duquesa Anastasia!), sino por el tono con el que la autora nos presenta a estos personajes. No duda en acercarnos a ellas utilizando un tono irónico y divertido que hace que el lector conecte de inmediato con lo que está contando. Esto es algo que he agradecido enormemente porque si bien yo esperaba encontrarme con relatos que no fueran más allá de la presentación de los personajes y de por qué la autora había decidido encontrarlos, en realidad me he topado con relatos graciosos y llenos de vida. Y eso es algo que me parece imprescindible, porque me hace adentrarme mucho más en lo que está contando el autor. 

A veces tengo la sensación de que no soy muy amiga de los libros de relatos cortos porque estos se me quedan a medias. Y sobre todo cuando están basados en algo verídico, como es el caso. Siento que el autor llega, me suelta lo que me tiene que soltar, y pasa corriendo a otro relato, que para eso le pagan. Sin embargo, Tori Telfer se lo toma como algo personal y dota de vida cada una de las historias que traslada al papel, casi como si ella misma hubiera sido una embaucadora en otra vida y supiera perfectamente de lo que está hablando en cada momento (lo siento, ahora soy incapaz de no imaginarme a esta autora como una actriz de lo falso; cosa que, estoy segura, está muy lejos de la realidad).

Leer Maestras del engaño me ha dotado de una nueva visión, una en las que las mujeres de época también se las ingeniaban para engañar y salirse con la suya. No es que no creyera en su existencia antes de leer este libro, sino que supongo que en mi cabeza estaba la típica figura del hombre que engaña y que no tiene escrúpulos a la hora de timar al personal (y, sin embargo, véase la serie Peaky Blinders, donde todos los hombres engañaban, timaban y embaucaban y, en realidad, todos sabíamos que la que repartía el bacalao era la tía Polly, personajazo donde los haya).

En fin, que me ha encantado conocer a estas mujeres, adentrarme en sus oscuros pensamientos y en sus intrincadas historias. Vivir de primera mano historias ya olvidadas por muchos pero que hacen que echar la vista atrás en el pasado sea algo de lo más interesante. Pero sobre todo, tengo que agradecerle a este libro que pusiera en marcha mi imaginación. Últimamente busco libros que me enriquezcan (a mí y a mis historias) y este ha hecho que la maquinaria se pusiera a trabajar como una loca. Y es que a veces, las mejores historias nacen, simplemente, de la verdad.

—Ana Segarra, Libros y Literatura