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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Jon Bilbao, el escritor y traductor que vuelve a dar vida a «Sinsonte», de Walter Tevis – EFE

El escritor Jon Bilbao no se había leído Sinsonte, de Walter Tevis, pero cuando la editorial Impedimenta le propuso que la tradujera para su publicación en español no le hizo falta leer muchas páginas para decidir darle una nueva vida a este clásico atemporal de la más alta literatura de ciencia ficción.

Cuando Walter Tevis (San Francisco 1928 – Nueva York 1984) ejercía de profesor de Literatura Inglesa y de Escritura Creativa en la Universidad de Ohio, entre 1965 y 1978, se dio cuenta de que el nivel literario de los estudiantes estaba bajando de manera alarmante.

Una observación ésta que le hizo sentarse y escribir Sinsonte esta novela que transcurre en un mundo en el que los seres humanos prefieren olvidar antes que dudar o cuestionarse; un mundo dominado por los robots donde nadie, excepto un profesor universitario, sabe leer, porque la máxima que han impreso las máquinas en las mentes de las personas es: «cuando dudes, olvídate» o «no preguntes, relájate».

«Yo conocía al autor -ha contado a EFE Jon Bilbao- pero no este libro. Cuando la editorial me propuso traducirlo me lo mandaron para que le echara un vistazo, pero no necesité leer muchas páginas para decidirme porque el arranque es fascinante».

Lo es porque ya al comienzo Tevis nos presenta a Spofforth, la máquina más perfecta de la faz de la tierra que un día descubre que hay una persona que sabe leer: el profesor Paul Bentley. Un hallazgo que lo perturba porque leer supone un peligro, el de descubrir que antes de que las máquinas dominaran todo había una sociedad que pensaba por sí misma, que tenía sentimientos, que disfrutaba con la comida, con el sexo, en definitiva, que era libre.

«Es un libro de ciencia ficción, pero no vamos a abrir el debate de si la literatura de este género no puede hablar del aquí y del ahora más que la literatura realista. No hay más que asomarse a las páginas de ‘Sinsonte’ para ver cómo habla de un futuro en el que la humanidad se ha ido dejando en manos de las máquinas, es una metáfora de cómo nos dejamos con el pretexto de que nos hagan la vida más sencilla», ha explicado Bilbao.

Por eso esta obra cuyo título hace referencia a este ave de las 400 voces, es un texto radical en el que el tercer personaje protagonista, Mary Lou, aparece en la vida de Bentley como un soplo de aire fresco, porque ella es el otro ser humano que es capaz de poner en duda todo lo que les rodea.

Así que lo que ambos vivirán, ante el asombro y preocupación del robot rey es un renacer, una suerte de búsqueda del nuevo mundo en el que ambos humanos son como los nuevos Adán y Eva.

«Es una novela que nos interpela y es bastante radical, es valiente. Visto en su conjunto, lo que nos propone Tevis es una reescritura del mito del Génesis donde el equivalente a morder la manzana es volver a leer», ha afirmado el escritor asturiano.

Maestro de la imaginación, Tevis (autor también de Gambito de Dama) propone en esta obra una serie de paralelismos con los que quizá quiso atraer a sus alumnos a la lectura. Por eso en Sinsonte Spofforth es como un dios todopoderoso poliédrico, porque entre sus mil caras tiene una debilidad: la de sentir deseos irrefrenables de suicidarse. Eso mismo que hacen los humanos que, en un momento de lucidez, no soportan esa vida.

«Pero no es una novela tecnófoba que viene a decir que la tecnología nos lleva a la destrucción, porque no es así, Tevis introduce innovaciones tecnológicas que son positivas», ha comentado Bilbao respecto a una de ellas, su personaje favorito: un autobús con el que Paul y Mary Lou emprenden una conversación filosófica mientras les traslada.

Cuando la palabra distopía parece haberse apoderado de la literatura, en Sinsonte este término se queda pequeño, porque lo que Tevis escribió cuatro años antes de morir es un canto al más preciado derecho del ser humano, la libertad, pero también un intento generoso de trasladar a los más jóvenes su amor por los libros.

—Pilar Martín Valverde, EFE