Catherine Meurisse (1980) narra en La joven y el mar (Impedimenta) su inmersión en la cultura japonesa a partir de una experiencia en Villa Kujoyama, una residencia de artistas ubicada en Kioto a donde acudió para buscar inspiración y calma. Nada más llegar le preguntan cuál es su proyecto. “Pintar la naturaleza. Renovar mi banco de imágenes mentales. Es excesivamente occidental”, responde la joven artista. Para eso viajamos, pero cada cual pinta lo que puede y como puede.
—José Alejandro Adamuz, National Geographic, 15 de diciembre de 2022