No hace falta apelar al tan manido Halloween para recordar el interés que siempre ha despertado la figura de la bruja, lo que en la tradición popular gallega viene siendo la meiga. La apariencia exterior de esta mujer misteriosa e independiente ha dado tanto de sí como para terminar banalizada o convertida en un icono pop. La escritora y cineasta asiática afincada en Londres Shahrukh Husain (Karachi, 1950) confiesa que siempre se ha sentido seducida, desde niña, por su halo sobrenatural. Solo esta pasión explica que se haya involucrado en un proyecto como el que concretó en El libro de las brujas (1993), que vierte al castellano Impedimenta en una oportuna edición para estas fechas de regalos navideños.

A esta pasión, además, suma su convencimiento de que detrás del resurgir de este personaje no hay solo una moda pasajera sino que la bruja ha vuelto porque «está furiosa y conoce bien su fuerza». Tras una ardua indagación, la autora pakistaní recrea historias traídas desde diferentes culturas alrededor de estas mujeres audaces, cuyas andanzas empapan el imaginario popular y que, en muchos casos, habrían de terminar ahorcadas, ahogadas o quemadas en la hoguera. Husain sostiene que estos relatos de autonomía y carácter representan perfectamente la lucha de la mujer de hoy en día por reivindicar su espacio y su protagonismo, liberando su ira «prohibida y acallada durante tanto tiempo».

Los ecos de persecución y asesinato llegan por tanto desde la Edad Media —entre 1450 y 1750 se produjo en Europa y América lo que se denomina caza de brujas—, pero la misoginia y la desigualdad —y la brutal violencia que llevan aparejada— permanecen en la sociedad actual. Entonces estas bravas mujeres —a las que se acusaba desde la ignorancia y el prejuicio de irracionalidad, tortura, crueldad, avaricia, sed de sangre y perversidad sexual— no se callaron, y tampoco ahora el silencio ha de triunfar. Bienvenido sea este festín de feminidad.

—H. J. P., La Voz de Galicia, 4 de enero de 2023