Décadas atrás, en la España de la segunda mitad del siglo XX, triunfaban como pocas las novelas de vaqueros escritas por Marcial Lafuente Estefanía. Wésterns llenos de acción y romance, de fácil lectura. Sus lectores los devoraban uno tras otro. Lafuente escribió más dedos mil quinientas de estas novelas cortas. Aún hoy, en las casas de muchos de nuestros mayores se pueden ver algunos de estos libritos de pequeño formato y menos de cien páginas. Los veo amontonados y abandonados, sin ir más lejos, en la casa de mis padres. Durante mi lectura de “Araña”, la nueva obra de Jon Bilbao (Ribadesella, 1972), he pensado mucho en este tipo de novelas con sobrecubiertas repletas de dibujos con vaqueros armados, pero también en los wésterns introspectivos de Clint Eastwood (en cierto pasaje, con frases que Bilbao extrae de manera literal del guion de “Sin perdón”, 1992). Todo ello se sublima en la nueva novela del asturiano que es también, al mismo tiempo, una colección de instantes en la vida del (quizá, no queda claro) alter ego del propio autor, momentos de sus años de niñez y tras la separación de su pareja y madre de sus hijos.

En estas cuatrocientas páginas asistimos a las aventuras de John Dunbar (héroe rudo e invencible, lector de la “Ilíada”, tan tosco como inteligente, que ya protagonizó en 2020 “Basilisco”, la anterior novela del autor) y a las desventuras de Jon (también protagonista en 2021 de “Los extraños”, otra de sus obras) en diferentes episodios de su vida. Ambas historias se tejen en paralelo, unidas solo por pequeños apuntes que no quedan claramente desvelados y por la misteriosa araña del título.

Con una estructura argumental y temporal de ida y vuelta que intercala no solo pasado y presente, sino también diversas tramas, el autor despliega todo un alarde de arte narrativo que va tejiendo varias historias de vidas entrelazadas. No exento de sorpresas y pequeñas bromas literarias (un cambio repentino de perspectiva, una letra de canción inesperada…) que Bilbao va esparciendo aquí y allá, son numerosas las muestras de una calidad literaria sin mácula que evita los alardes para trabajar al servicio de la narración y el entretenimiento. Es también muy destacable el excelente trabajo de personajes y la descripción de grandes paisajes, que se envuelven en una extraña aura de misterio que nunca llega a explotar y que por momentos nos hace pensar en el realismo mágico.

“Araña” es una obra apasionante, entretenida y profunda, de una belleza salvaje y descarnada. Nodeberían dejarla pasar. 

—Juan P. Holguera, Rockdelux, 20 de febrero de 2023