cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Leer es una forma de amor – Abril, El Periódico de España – 2 de marzo de 2023

Mi beatle favorito es George Harrison. Soy de Here comes the sun, While my guitar o Something, de la que Frank Sinatra, que la cantó, dijo que era la mejor canción de amor de los últimos 50 años. Cuando la gente empezó a darse cuenta de que Harrison era buen compositor también, cuando los otros Beatles se dieron cuenta, la banda ya se había separado. Unos meses después, en 1970, George Harrison publicó uno de los discos más hermosos, All things must pass, del que no sé si dijo algo Sinatra, pero debería haber dicho que ahí dentro hay, al menos, dos de las más hermosas canciones de amor de todos los tiempos: I live for you y la preciosa versión del tema de Bob Dylan If not for you.

Dylan tuvo mucho que ver en este disco en el que, dicen, hay un tema que Harrison dedica al de Duluth para animarle tras su crucial accidente de moto. Es Behind that locked door, una canción en la que Pete Drake toca un pedal steel tan precioso que sentimos que caminamos hacia el crepúsculo con las botas llenas de polvo en el Lejano Oeste. En la letra, Harrison anima a la otra persona a salir del otro lado de esa puerta cerrada, a dejar de llorar, a compartir aquello con lo que ha sido bendecido.

Escuchaba Behind that locked door en mi cabeza mientras leía Araña, de Jon Bilbao. El escritor asturiano ha recuperado al huraño pistolero de Basilisco, John Dunbar, y con él, el juego de espejos con ese otro personaje que es el autor de las aventuras de John Dunbar y que se llama, también, Jon, y que vivió su infancia en Ribadesella y que ahora se ha separado de su mujer y reflexiona sobre si es posible rehacer su vida, recuperar el amor, olvidar y ser olvidado. Porque tras la máscara de wéstern y las gotas de ciencia ficción, tras la coctelera de géneros tan habitual en Bilbao, lo que se esconde es una novela sobre las relaciones de pareja, sobre el amor que unos pierden y otros encuentran porque, de hecho, ese es el gran descubrimiento que hace John Dunbar en Araña: que puede amar y que le amen.

En la caravana en la que viaja John Dunbar se encuentra Lucrecia, otro ser huraño que se retira del grupo para leer a solas, entre otros, a Flaubert. Dunbar, que lee un desvencijado ejemplar de la Ilíada, se queda atrapado en el misterio de esa mujer que lee todo lo que cabe en sus manos, incluidas las novelitas baratas que Dunbar, convertido en personaje popular en el Lejano Oeste, ha acabado protagonizando a su pesar.

De hecho, uno de los episodios más hermosos de esta historia de amor entre Dunbar y Lucrecia es aquel en el que el pistolero incluso se plantea escribir él mismo algún librito con nuevas aventuras con tal de ver a su amada volver a reír leyendo sobre él. Leer sobre él, entiende Dunbar, es una forma de amor, una forma más de que ambos sigan conversando, como hacemos a veces en los sueños cuando vivimos aquello que la vida real no nos otorga.

De eso habla In my dreams, de Roy Orbison, la canción que, reconoce Bilbao, es la auténtica banda sonora de Araña, por eso una parte de su letra abre la novela: «In dreams I walk with you, In dreams I talk to you, In dreams you’re mine all of the time, We’re together in dreams, in dreams».

—Laura Barrachina, Abril, El Periódico de España, 2 de marzo de 2023