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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Para leer al anochecer. Historias de fantasmas.

La editorial Impedimenta presenta un recopilatorio de cuentos fantasmagóricos escritos por el magnífico escritor inglés Charles Dickens. 13 relatos cortos conforman este libro, repletos todos ellos de apariciones y espíritus que transportarán al lector a parajes inquietante, tenebrosos, llenos de encanto gótico. Aprovechando el bicentenario de su nacimiento, la ocasión se brinda perfecta para rescatar algunas de sus narraciones más célebres.

La prosa magnífica de Charles Dickens queda patente en cualquier escrito del autor, incluso en los relatos más cortos. Sus novelas más célebres han pasado a la historia como clásicos indispensables e insustituibles (“Oliver Twist”, “David Copperfield”, “Grandes Esperanzas”, “Los pápeles póstumos del Club Pickwick”…), pero sus cuentos y relatos cortos como los recopilados en este volumen no desmerecen en absoluto. Mantienen ese aire sombrío y decadente, casi mísero, característico de sus obras más largas. Sus personajes tampoco pierden el matiz gótico y misterioso; éstos, pese a la brevedad de las narraciones, se muestran al lector expresivos y bien definidos.

Un autor de éxito

Nacido en Portsmouth (Inglaterra) en 1812, Dickens no tuvo una infancia plácida y feliz. Miembro de una familia de escasos medios, su padre fue encarcelado por deudas y todos se mudaron con él a la prisión. Obligado desde muy joven a trabajar en una fábrica de betún para zapatos, mantenía de esta forma a su familia, pasando muchas penalidades.

Dickens no tuvo una formación académica, sino autodidacta, y la suerte le sonrió el día en que consiguió un puesto como secretario de un abogado (1827). De esta manera, consiguió convertirse en cronista parlamentario un tiempo después. Este hecho le abriría las puertas al mundo de la literatura, publicando en 1833 la que sería su primera obra titulada “Esbozos”. Dickens, a diferencia de otros autores contemporáneos, obtuvo éxito y popularidad en vida, gracias a que publicaba la mayoría de sus obras por entregas en los periódicos y revistas de la época.

A parte de su faceta como escritor, Dickens fue también un hombre muy comprometido y avanzado a su tiempo. Por ejemplo, luchó por conseguir reformas sociales a favor de las clases obreras, y también en contra de la esclavitud, practicada en Estados Unidos.

Atracción por el misterio

Es probable que su gusto por lo desconocido e inexplicable le viniese de las miserias acontecidas durante su tierna infancia. Sea como fuere, Dickens desarrolló su interés por los fenómenos extraños trasladándolos al papel, dando a luz algunos de los más destacados y elogiados cuentos de fantasmas.

Siguiendo la tónica de su archiconocido “Cuento de Navidad”, los relatos presentados en “Para leer al anochecer” narran historias de personajes taciturnos, viajeros solitarios, experiencias extracorpóreas y apariciones misteriosas, enmarcadas en escenarios lúgubres y tenebrosos. Puede que, para el lector actual poco acostumbrado a la literatura victoriana, resulten poco “terroríficos”, pero el encanto gótico que destilan y la insuperable maestría narrativa del autor hacen que la lectura de estos cuentos sea muy gratificante.

La variedad que encontramos en estas narraciones hace todavía más interesante este volumen, porque el lector encontrará en él desde historias tétricas de almas atormentadas, pasando por apariciones premonitorias en la boca de túneles oscuros, hasta pasajes que más que escalofríos, provocarán carcajadas, por su tono jocoso y la comicidad de las situaciones planteadas por Dickens.

Historias para todos los gustos

El autor con frecuencia escribe sus relatos como si de hechos verídicos se tratasen, describiendo cómo el protagonista de la historia le confía una carta a él personalmente o a la revista (todas las historias aparecieron publicadas originalmente en medios impresos) con todos los pormenores de su experiencia paranormal.

Destacan los relatos titulados “Cuatro historias de fantasmas” y “La historia del retratista”, un mismo cuento narrado desde perspectivas diferentes. Ésta última sobresale por sus vívidas descripciones y por la atmósfera misteriosa que Dickens consigue crear con las apariciones de la joven muchacha ante el retratista, suplicándole que la recuerde para poder pintarla de memoria.

“El capitán asesino y el pacto con el diablo” sorprende por su forma introductoria. Dickens comienza con un brillante: “no existen muchos lugares que me guste tanto volver a visitar, cuando estoy ocioso, como aquéllos en los que nunca he estado”, demostrando así su amor por la lectura y los paisajes construidos por otros escritores como R.L. Stevenson. Relacionando estas aventuras excitantes y entretenidísimas con aquellas historias que no lo son tanto, relatadas de viva voz por personajes familiares durante nuestra infancia, Dickens narra dos de los pasajes más inquietantes del libro.

En ellos, el lector encontrará a Chip, un joven carpintero el cual, por desesperación, hace un pacto con el diablo que le conducirá hacia situaciones inverosímiles y desagradables. El llamado “Capitán Asesino” también resulta un personaje terrorífico y grotesco. Descrito por Dickens como un “vástago del clan Barba Azul”, el hombre depravado contrae matrimonio con niñas inocentes para comérselas después de un mes de convivencia, como relleno de la empanada que les obliga a preparar antes de decapitarlas.

En contraposición con este Dickens más bizarro, descubriremos también en “Para leer al anochecer” algunos cuentos más amables e incluso divertidos, como “Pálpitos confirmados”, en el que el autor narra cómo mediante médiums, el protagonista de la historia recibe mensajes casi en código MORSE desde su estómago y su cabeza. En ellos los espíritus se presentan como “Pastel de Carne” y “Oporto”. Asimismo, “La visita del Sr. Testador” y “El letrado y el fantasma” son dos relatos narrados en clave de humor que, pese a las apariciones fantasmagóricas, resultarán divertidos al lector por su sorprendente desenlace.

Entretenimiento asegurado

Con el formato habitual escogido por Impedimenta, muy manejable y de presentación muy cuidada, la lectura de las historias de fantasmas recopiladas en este título será un verdadero placer.

Todas ellas tienen un estilo narrativo rápido que aumenta también por la brevedad de los relatos. Por esto la lectura de los cuentos se realizará con rapidez, sin que el lector pierda el interés. Algunos de los cuentos contienen elementos oníricos más complejos y el autor encadena imágenes y escenas muy variadas. A simple vista, pueden no tener conexión con la historia principal con la que Dickens abre el relato. Lo sobrenatural e irreal de estos pasajes transportará al lector a una dimensión desconocida, donde todo es posible y la realidad y el mundo de los espíritus se entrelazan formando una trama difícil de romper.

Por Almudena Avilés Martínez